Investigadores del Laboratorio de Biología Marina (MBL) de la Universidad de Chicago en Estados Unidos han captado imágenes del comienzo de los embriones justo en el momento en que los óvulos han sido fertilizados y comienzan a transformarse en personas, perros, peces u otros animales.
La teoría predominante de cómo se establece el eje del cuerpo ha sido que los filamentos de la proteína celular actina dentro del óvulo, que están involucrados en el movimiento y la contracción celular, impulsan la reordenación del material citoplasmático en el óvulo después de que ha sido fertilizado.
Sin embargo esto nunca ha sido visto para su comprobación, debido a que el comienzo de los embriones tiene lugar rápidamente y en distancias muy pequeñas dentro de las células vivas.
Por ello, los investigadores Tomomi Tani y Hirokazu Ishii utilizaron un microscopio de polarización de fluorescencia, para obtener imágenes de eventos que tienen lugar a distancias medidas en nanómetros, o miles de veces más pequeñas que el diámetro de un cabello humano.
Logrando de esta manera, determinar que la alineación y contracción de los filamentos de actina dentro del óvulo comienza justo después de la fertilización.
Y que ambos padres contribuyen a la orientación corporal de su descendencia. En el caso de las ascidias marinas, especies animales estudiadas en la investigación, la entrada de la madre establece el eje espalda-vientre, mientras que la del padre lo hace para el eje cabeza-cola.
“Se requieren tanto las señales maternas como las paternas para establecer el plan corporal del embrión animal en desarrollo”, afirmó Tani.
La investigación de la orientación del huevo fertilizado está siendo seguida por otras investigaciones. Uno de los objetivos a largo plazo de este tipo de imágenes es detectar y comprender la fuerza en el embrión en desarrollo que da forma a su morfología, su forma y estructura.
“La parte más interesante y misteriosa de la biología del desarrollo es el origen del eje del cuerpo en los animales”, indica Tani.