Los olores que nos gustan o nos disgustan están determinados principalmente por la estructura de la molécula de olor particular, según científicos del Karolinska Institutet de Suecia, y la Universidad de Oxford, Reino Unido, quienes en su nuevo estudio demostraron que las personas comparten preferencias de olores independientemente de su origen cultural, así como cuál es el mejor y el peor olor para todas las personas del mundo.
Para determinar si las personas de todo el mundo tienen la misma percepción olfativa y les gustan los mismos tipos de olores, o si esto es algo que se aprende culturalmente, los investigadores pidieron a 225 personas de nueve culturas que representan diferentes estilos de vida: cuatro grupos de cazadores-recolectores y cinco grupos con diferentes formas de agricultura y pesca, clasificar los olores en una escala de agradable a desagradable.
Los olores que se les pidió a los participantes que clasificaran incluían vainilla, que olía mejor, seguida de butirato de etilo, que huele a durazno.
El olor que la mayoría de los participantes consideró menos agradable fue el del ácido isovalérico, que se puede encontrar en muchos alimentos, como el queso, la leche de soya y el jugo de manzana, pero también en el sudor de los pies.
Una posible razón, según Artin Arshamian , investigador del Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska, es por la que las personas consideran que algunos olores son más agradables que otros, independientemente de la cultura, es que dichos olores aumentaron las posibilidades de supervivencia durante la evolución humana.
“Ahora sabemos que existe una percepción universal del olor que está impulsada por la estructura molecular y que explica por qué nos gusta o nos disgusta cierto olor. El siguiente paso es estudiar por qué esto es así al vincular este conocimiento con lo que sucede en el cerebro cuando olemos un olor particular”.
Con este estudio se demostró que la estructura de la molécula de olor determina si un olor se considera agradable o no, y que ciertos olores gustaban más que otros, independientemente de la afiliación cultural de los participantes.
“Las culturas de todo el mundo clasifican los diferentes olores de manera similar sin importar de dónde provengan, pero las preferencias de olor tienen un componente personal, aunque no cultural”, dijo Arshamian.