La musaraña elefante de Somalia, reaparece luego de haber sido dado por perdida durante medio siglo.
Un grupo de científicos la encontró. En total, se localizaron 12 ejemplares, lo que demuestra que el mamífero también conocido como “sengi” sigue existiendo y que no solamente vive en Somalia, sino también en Yibuti y quizás en Etiopía, también en el Cuerno de África, de acuerdo con el estudio publicado en la revista PeerJ.
Este pequeño mamífero se aparea de por vida, compartiendo un pequeño territorio con una pareja elegida. Está relacionado con los cerdos hormigueros, los elefantes y los manatíes, pero solo mide unos centímetros.
Se alimenta de insectos con su nariz larga y parecida a un tronco. Y se ha perdido para la ciencia durante al menos medio siglo.
El estudio señala que el descubrimiento del mamífero se hizo en Djibouti, un país del Cuerno de África. Ahí, los sengis también se conocen como musarañas elefante, aunque no son ni elefantes ni musarañas.
El sengi somalí, perdido para la ciencia desde 1968, formó parte de una de las 25 especies perdidas más buscadas por Global Wildlife Conservation y ha estado entre las menos conocidas de las 20 especies de sengis del mundo, lo que lo convierte en uno de los últimos grandes misterios de la mamalogía africana, ha señalado la ONG.
“Se necesita alguien que esté motivado por la pasión por los sengis para salir a buscar esta especie perdida. No son animales muy conocidos, pero cuando los ves, es imposible no adorarlos”, dijo Steven Heritage, científico investigador del Centro Lemur de la Universidad de Duke y autor principal del artículo.
El equipo obtuvo las primeras fotos y videos de sengis somalíes vivos para la documentación científica y no fueron testigos de ninguna amenaza inminente para el hábitat de la especie, que es seco y en gran medida inhóspito para actividades humanas como el desarrollo o la agricultura.
“Por lo general, cuando redescubrimos especies perdidas, encontramos solo uno o dos individuos y tenemos que actuar rápidamente para tratar de prevenir su extinción inminente“, dijo Robin Moore, uno de los líderes del programa de Búsqueda de Especies Perdidas de GWC.
“Este es un redescubrimiento bienvenido y maravilloso durante una época de agitación para nuestro planeta, y uno que nos llena de esperanza renovada para las especies de pequeños mamíferos que quedan en nuestra lista de más buscados, como el topo dorado de DeWinton, un pariente del sengi, y el corredor de nubes de la isla Ilin”, puntualzó.