Recientes investigaciones han determinado que el cerebro del perro puede distinguir la voz de su dueño del sonido emitido por otros canes, lo que sugiere que evolucionaron para reconocer nuestras voces a partir de las suyas, explicó Fausto Reyes Delgado, director médico del Hospital Veterinario UNAM Banfield, sobre un artículo publicado en la revista Science.
¿Qué dice el estudio sobre los cerebros de los perros?
El estudio publicado en Science, realizado por Anna Bálint, neurocientífica canina de la Universidad Eötvös Loránd, en Hungría, señala que cuando los perros escuchan la voz de sus dueños, experimentan un cambio en las ondas cerebrales dentro de los primeros 250 o 650 milisegundos.
En los perros esto sugiere que están tratando de averiguar quién o qué está haciendo el sonido y cómo responder, mientras que en los seres humanos la diferencia de señal en este lapso de tiempo se asocia con la motivación y la toma de decisiones.
Para saber esto, Bálint reclutó a 17 perros de las razas border collie, golden retriever y un pastor alemán a los cuales enseñó a permanecer quietos durante varios minutos a la vez, a los cuales les realizó un electroencefalograma que mide las ondas cerebrales individuales.
A cada perro se le colocaron electrodos en la cabeza para registrar su respuesta cerebral, lo cual resultó difícil ya que las cabezas de los canes tienen muchos músculos que pueden obstruir una lectura clara.
Luego reprodujeron clips de audio de humanos y perros. Los sonidos humanos incluían vocalizaciones no lingüísticas como balbuceos, risas y toses de bebés, mientras que los sonidos de los perros incluían olfateo, jadeo y ladridos.
Cada sonido se clasificó como transmisor de una emoción positiva o neutral, según el contexto en el que se reprodujeron, como el aullido de un perro jugando con una pelota.
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Resultados del estudio
Los resultados arrojaron que durante los primeros 250 milisegundos, los cerebros de los perros no produjeron ninguna señal significativa, mismo tiempo en el que los humanos procesan las cualidades del sonido. Eso sugiere que los perros no notaron que las voces sonaban diferentes.
Pero, cuando las ondas cerebrales de los perros alcanzaron su punto máximo en el rango de 250 a 650 milisegundos, éstas se dispararon de manera diferente según a quién escuchaban. Así, las ondas eran más positivas eléctricamente en respuesta a las vocalizaciones humanas, y más negativas eléctricamente en respuesta a los sonidos caninos.
Reyes Delgado, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que este estudio demostró “lo que ya sabíamos, porque el ejemplar [los perros] siempre responde de manera diferente a los sonidos humanos y de otros canes”.
“Todos los que tenemos un perro sabemos que éste se relaciona con todos los integrantes de la familia de forma muy importante para interactuar con todos, pero generalmente con quién interactúa mucho más es con quien se va a entender fácilmente”, añadió el académico.
Por ejemplo, cuando estamos en el núcleo familiar junto con el ejemplar y éste escucha la voz en crisis de la persona que más sigue, se dirige a ella; por supuesto que pueden determinar tonos, pausas y diferenciar entre las personas.
Otro caso es con los perros de protección, quienes reciben una orden para morder y luego deben soltar a la persona con la voz que les da el mando.
Para lograrlo tienen que diferenciar entre distintos tonos de voz, la que conocen y las desconocidas. Esto nos habla de un proceso de inteligencia en cuanto al lenguaje y lo que entienden.