Tras descubrir que pacientes recuperados de COVID-19 no habían generado anticuerpos contra la enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2 o los habían perdido a los pocos meses, los científicos encontraron que existe otra forma de inmunidad contra el coronavirus, otorgada gracias a las células T.
¿Qué son las células T?
Las células T, también llamadas linfocitos T o timocitos son un tipo de glóbulo blanco que forma parte del sistema inmonológico y se forman a partir de las células madre en la médula ósea, las cuales ayudan a proteger el cuerpo de las infecciones virales y a combatir enfermedades como el cáncer y ahora el COVID-19.
¿Cómo se relacionan las células T con el COVID-19?
Estudios pequeños indican que las personas que experimentan una enfermedad leve, o ningún síntoma en absoluto, del nuevo coronavirus, pueden estar eliminando la infección a través de esta respuesta de las células T.
Esta respuesta inmunológica podría ayudar a que las posibles vacunas contra el coronavirus se enfoquen en estimular las células T, además de producir anticuerpos, lo que puede tener implicaciones para varios tratamientos en desarrollo.
“Hay cada vez más pruebas de que las personas expuestas al virus tienen una respuesta de anticuerpos transitoria o tienen una respuesta de las células T a pesar de una respuesta de anticuerpos menor o ausente”, dijo a Reuters el doctor Alessandro Sette, profesor y miembro del Centro de Enfermedades Infecciosas y Vacunas del Instituto La Jolla en California.
De acuerdo con los expertos las células T pueden matar tanto a los invasores, es decir al virus, como a las células infectadas.
Sin embargo, aún persisten dudas sobre si la respuesta de los anticuerpos a este virus es robusta y perdura en el tiempo.
De ahí que sea importante saber si las células T tienen un papel más sustancial para ofrecer protección contra la enfermedad.