La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) autorizó en enero de este año el uso de emergencia de las píldoras Paxlovid y Molnupiravir, desarrollada por las farmacéuticas Pfizer y Merck, para combatir el COVID-19.
Las píldoras contra la COVID-19 evitan que el virus SARS-CoV-2 se reproduzca en el cuerpo, debido a que contienen inhibidores de una enzima conocida como proteasa, los cuales desactivan la enzima proteasa específica del virus causante del COVID-19 que le permite funcionar normalmente y replicarse en el cuerpo.
¿Las pastillas contra el COVID-19 están disponibles en México?
A pesar de que ambos medicamentos contra el COVID-19 se encuentran autorizados por la Cofepris, hasta ahora, ninguno se encuentra disponible en México, indicó el médico internista e infectólogo, Francisco Moreno.
Esto se debe, según Samuel Ponce de León Rosales, coordinador de la Comisión Universitaria para la Atención del COVID-19 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a que no se han establecido los contratos de compra, además que debido a que la aprobación de estos medicamentos se realizó mediante protocolos de emergencia, el control de estos medicamentos depende estrictamente de la Secretaría de Salud (SSa).
Sin embargo, Ponce de León Rosales señaló que ya existe disponibilidad de estos medicamentos para poblaciones muy particulares, como son las personas con inmunosupresión y enfermos de muy alto riesgo, pero, recalcó que no están disponibles para la población en general.
Tanto Moreno como Ponce de León señalan que tanto el Paxlovid y Molnupiravir son efectivos para suspender la multiplicación viral y tienen una eficacia que depende del momento en que se inicia el tratamiento.
Y aseguraron que en términos de la contención de contagios por COVID-19, estos medicamentos deberían tener una distribución muy amplia, por lo que se espera que pronto se pueda acceder a ellos.
Píldoras contra el COVID-19, ¿cuáles son?
Actualmente, los laboratorios Pfizer y Merck son los primeros en elaborar unas píldoras contra el COVID-19. Aquí te contamos qué son y cómo funcionan estas pastillas.
Paxlovid, la píldora contra el COVID-19 de Pfizer
Las píldoras contra el COVID-19 desarrolladas por Pfizer, llamadas Paxlovid, actúan contra una proteasa llamada 3CL, asociada con el SARS-COV-2, interrumpiendo su desarrollo.
Al hacer eso, la célula del virus no puede sostenerse por sí misma, y cuando se detiene su replicación, se reduce el número total de células.
Esto fue posible gracias a que la píldora antiCOVID-19 de la farmacéutica estadounidense combinó dos inhibidores de la proteasa: el ritonavir, que se ha utilizado para combatir enfermedades virales como el VIH y la hepatitis B ; y un nuevo inhibidor de la proteasa, nirmatrelvir, desarrollado por Pfizer.
Ambos inhibidores de la proteasa parecen ayudar a disminuir la carga viral general en su cuerpo.
De acuerdo con datos de la farmacéutica dados a conocer el pasado 14 de diciembre de 2021, Paxlovid reduce un 90% el riesgo de hospitalización y muerte entre los pacientes adultos con COVID-19 con alto riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad, cuando se toma en primeros días después de que aparezcan síntomas.
- La píldora de Pfizer se conoce como un “inhibidor de proteasa” y ha demostrado en pruebas de laboratorio que bloquea la maquinaria de replicación del virus.
Pfizer comenzó a desarrollar su medicamento para combatir el COVID-19 en marzo de 2020, y fue el primero diseñado específicamente contra el coronavirus.
Molnupiravir, la píldora contra el COVID-19 de Merck
Por su parte, el molnupiravir del laboratorio Merck fue aprobado para su uso de emergencia en pacientes con COVID-19 leve o moderado, y con alto riesgo de complicaciones, por la Comisión el pasado 7 de enero.
De acuerdo con sus desarrolladores, el molnupiravir es un antiviral que actúa reduciendo la capacidad de reproducción del coronavirus.
El uso de este fármaco puede ayudar para evitar que los infectados sufran síntomas graves y para evitar que los que han estado en contacto estrecho desarrollen la enfermedad.
Según un ensayo clínico realizado por Merck, si se administra esta píldora a pacientes en los días posteriores a un test de diagnóstico positivo, reduce en un 50% las posibilidades de hospitalización.