Un equipo de investigadores descubrió que los perros que deambulan libremente en la zona del desastre nuclear de Chernóbil en Ucrania ocurrido el 26 de abril de 1986, son genéticamente diferentes a los perros de otras partes del mundo. Sin embargo, no hay pruebas de que se deba a la radiación.
De acuerdo con los científicos, los resultados de los estudios realizados a 302 perros libres que viven en las cercanías de la central nuclear Vladímir Ilich Lenin de Chernóbil, revelaron que la afinidad genética cambia según aumenta la distancia con el reactor número 4, . No obstante, estas diferencias podrían deberse a causas que no tienen nada que ver con la liberación de material radiactivo.
Tras caracterizar la estructura genética de los canes divididos en tres poblaciones de perros que deambulan libremente y que viven dentro de la central eléctrica, así como entre 15 y 45 kilómetros del lugar del desastre y realizar el análisis de parentesco, los expertos encontraron que hay 15 familias, y la más grande abarca todos los sitios de recolección dentro de la zona de exclusión radiactiva.
“Las poblaciones de Chernóbil tienen una firma genómica única, lo que respalda su utilidad en estudios genómicos posteriores”, indica el estudio, publicado en la revista especializada Science Advances.
El objetivo de esta investigación es saber cómo ha sido posible que los perros hayan podido sobrevivir en un ambiente hostil como el de Chernóbil, además de que brindaría pistas acerca de cómo los humanos y otros mamíferos pueden vivir actualmente y en el futuro en regiones bajo “ataque ambiental continuo”, como en el ambiente de alta radiación del espacio.
“Cualquier cosa que podamos aprender sobre cómo sobreviven los perros en ese entorno será de relevancia directa para los humanos en Chernobyl y otros entornos radiactivos”, aseguró Tim Mousseau, de la Universidad de Carolina del Sur y quién ha realizado estudios relacionados, al diario “El País”.
No obstante, la incógnita permanece para los investigadores, debido a que si bien los resultados del estudio sugieren que la exposición a la radiación podría haber afectado a los genes de los perros cercanos a la explosión nuclear, no hay datos que prueben que realmente esa sea la causa de la modificación genética.
“La población de perros de Chernóbil era muy variada genéticamente en comparación con las poblaciones de perros de los pueblos de los países vecinos. Se requieren más pruebas para investigar la verdadera causa del aumento de la variación genética que se encuentra dentro de la población de Chernóbil, ya que podría relacionarse potencialmente con la exposición a la radiación”, indicó Gabriella Spatola, una de las investigadoras y autoras de este estudio.
Los perros de Chernóbil son de gran relevancia científica para comprender el impacto de las duras condiciones ambientales en la vida silvestre y los seres humanos, en particular de los efectos genéticos a la salud de la exposición a la radiación ionizante de dosis baja a largo plazo y otros contaminantes. Su adaptación a las duras condiciones de vida convierte a los perros de Chernóbil en un ideales para identificar mutaciones resultantes de exposiciones a la radiación.
Accidentes de Chernóbil y los perros
El 26 de abril de 1986, el reactor cuatro de la central nuclear ubicada en la ciudad de Chernóbil, Ucrania, explotó liberando grandes cantidades de cesio-137, yodo-131 y otros radionúclidos que se propagaron en Ucrania, Bielorrusia, Rusia y otras partes de Europa, incluso en América del Norte.
Sin embargo, los dos mil 600 km2 del área que se extiende alrededor de la planta de energía, y que ahora se conocen como la Zona de Exclusión de Chernóbil (ZEC), fue la más profundamente afectada por la nube radiactiva, generando una catástrofe ecológica de proporciones masivas.
Tras lo ocurrido, poblaciones de vida silvestre dentro de la zona afectada se redujeron sustancialmente, y aunque algunas especies parecen haberse recuperado, probablemente debido a la falta de perturbación humana, muchas no lo han hecho. Un caso de animales que han sobrevivido y se han adaptado a las condiciones del lugar son los perros.
Hasta ahora, sabe poco sobre el origen de las poblaciones de perros en libertad en la región de Chernóbil o cómo sobrevivieron las poblaciones caninas. Una hipótesis afirma que las poblaciones actuales de perros en la zona del desastre nuclear descienden de animales dejados por personas evacuadas de ciudades como Pripyat, que alguna vez fue el hogar de aproximadamente 50 mil personas.
Esto a pesar de que después de la evacuación de las personas, el Ministerio del Interior de Ucrania inició el sacrificio de las mascotas abandonadas para evitar la posible propagación de la contaminación radiactiva.
Los perros que posiblemente eludieron el sacrificio escaparon a la zona cero del accidente y posteriormente fueron alimentados y cuidados por los trabajadores de limpieza de los campamentos de Chernóbil y, más recientemente, por turistas.