Bujías: ¿Para qué sirven y cada cuánto deben cambiarse?

Para sacar el máximo provecho de un automóvil, es fundamental conocer cada uno de sus componentes. Las bujías de un vehículo son piezas clave para el funcionamiento del motor y mantenerlas en óptimo estado garantiza una combustión eficiente. Si deseas disfrutar de un mejor rendimiento, menor consumo de gasolina y reducir las emisiones contaminantes, te invitamos a conocer más sobre ellas y cuándo cambiarlas.

¿Qué son y para que sirven las bujías?

Las bujías son un elemento fundamental para el correcto funcionamiento de los motores de los vehículos de gasolina (los propulsores diésel no utilizan, al realizarse la explosión por compresión). 

Se encuentran instaladas en la parte superior del motor, en el interior de cada cilindro, y son las responsables de generar la chispa que prende la mezcla de combustible y aire dentro de la cámara de combustión. La calidad de esta chispa determina la fuerza de la combustión que incide directamente en el rendimiento mecánico.

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De manera general las bujías se clasifican según sus temperaturas y el material de su núcleo. En el primer caso encontramos las bujías frías o calientes. 

Para esto debemos conocer un concepto que es el grado térmico y que mide la capacidad para disipar el calor de la cámara de combustión donde está fijada. Esto depende de factores como el tamaño del aislante central cerámico, el material externo, capacidad de transferencia del calor y el componente del electrodo central.

Respecto a los materiales, estos componentes pueden ser de:

  • Iridio
  • Platino
  • Cobre

Que ofrecen distintos tiempos de duración, pero también varían entre las recomendaciones de los fabricantes de un vehículo a otro.

¿Cuándo es momento de sustituirlas?

El motor ofrece síntomas de que el cambio de bujías se acerca. No hay que olvidar que, si bien no es grave superar la vida útil de la bujía, sí se corre el riesgo de desencadenar una avería de mayor importancia, por lo que se debe estar atento a los siguientes indicios:

  • Hay dificultades a la hora de arrancar el coche. 
  • Se empieza a notar que al motor le cuesta mantenerse encendido. 
  • Las revoluciones disminuyen o aumentan de manera irregular y, además, está variación viene acompañada con vibraciones, se deben cambiar la bujías.
  • Cuando el consumo de combustible del vehículo se dispara repentinamente con respecto a los valores habituales.
  • Si el vehículo no responde correctamente cuando se pisa el acelerador, acompañado de una notable falta de potencia.
  • Si el tubo de escape del vehículo comienza a expulsar demasiado humo, se debe a que la chispa de las bujías no tienen potencia suficiente para inflamar la mezcla.

Adicional, algunos fabricantes ofrecen tiempo de vida para las bujías:

  • Bujías de iridio: Cada 90,000 a 120,000 km 
  • Bujías de platino: Cada 40,000 km a 80,000 km 
  • Bujías convencionales o de cobre: Cada 20,000 km a 30,000 km 

Por último, considera que al realizar el cambio de bujías, es esencial calibrarlas correctamente. El proceso de calibrado implica ajustar la distancia entre los electrodos de la bujía para lograr la chispa óptima que encenderá la mezcla de aire y combustible en el motor.

El calibrado de bujías desempeña un papel crucial en el rendimiento y la eficiencia del vehículo, ya que una distancia incorrecta puede resultar en una combustión incompleta, aumento en el consumo de combustible y una mayor emisión de gases contaminantes.

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