Desde que salió la noticia de un virus mortal, el COVID-19, proveniente de la ciudad de Wuhan, China, a finales de 2019, el miedo y la angustia empezó apoderarse de la población mundial.
Los primeros casos en México se registaron en febrero, por lo tanto las especulaciones y mitos de cómo hacerle frente a este nuevo virus empezaron a esparcirse, mismo que las autoridades sanitarias comenzaron a desmentir.
Se empezó a divulgar mucha información sobre cómo protegerse, y teniendo en cuenta la última crisis sanitaria que se vivió en México a causa del virus AH1N1, el uso del cubrebocas y los remedios empezaron a salir.
Ante esto y el nuevo repunte que se está registrando a nivel mundial, aquí te enlistamos algunos mitos que han surgido a lo largo de estos meses para contrarrestrar, blindarse o curarse del COVID-19.
Uso de cubrebocas
El doctor Luis Durán Arenas, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), desmintió que los cubrebocas o mascarillas obstruyan la respiración y causen daños a la salud, tales como pérdida de conocimiento o intoxicación por respirar el dióxido de carbono que expide el cuerpo.
Lo que sí se ha comprobado es que los cubrebocas sirven para reducir el contagio del COVID-19 entre las personas.
Los niños son inmunes
Al inicio de la pandemia, se creía que los menores eran inmunes al COVID-19; sin embargo, en China se observó desde un inicio que los niños se infectaban con la misma distribución que otros grupos de edad.
Comer camote con suplementos y vitaminas
El especialista Luis Durán Arenas resaltó que no existe evidencia científica de que se pueda fortalecer el sistema inmune con el consumo de camote combinado con algunos suplementos y vitaminas, o mediante la toma de plata coloidal.
Fosfato de cloroquina
Arenas también señaló que la automedicación con fosfato de cloroquina, un aditivo usado para limpiar acuarios es un riesgo. Menciona que aunque la cloroquina y la hidroxicloroquina fueron citados en un supuesto tratamiento para el COVID-19, debe resaltarse que los productos para la limpieza de acuarios que contengan fosfato de cloroquina no son destinados para el uso humano.
Arenas señaló que el fosfato de cloroquina puede usarse para tratar el paludismo, pero también es un veneno letal y peligroso si no se usa correctamente bajo la supervisión de un médico.
Suavizante
Otros de los mitos que salieron para eliminar el virus de las superficies, que tarda hasta 48 horas en desaparecer, fue el uso de elementos como limón, vinagre y suavizante de telas.
Dióxido de cloro
La Cofepris informó que el dióxido de cloro es un gas de color amarillo o amarillo-rojizo utilizado como blanqueador en la fabricación de papel y en el proceso de tratamiento de agua y al estar en contacto con ésta reacciona para formar iones clorito.
Ambas sustancias químicas son altamente reactivas y al ser ingeridas pueden provocar irritación de la boca, el esófago y el estómago, se pueden presentar náuseas, vómito y diarrea, además de trastornos cardiovasculares y renales.
Uso del Factor de Transferencia
Israel León Pedroza, académico del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en inmunología, explicó que “el Factor de Transferencia es un producto desarrollado desde mediados del siglo pasado a partir de la sangre de personas que tenían memoria inmunológica contra ciertas enfermedades”.
León Pedroza dijo que es falso que el Factor de Transferencia sirva para prevenir contagios de COVID-19 o cualquier otra enfermedad, debido por un lado a que este producto solo puede modificar la respuesta inmune siempre y cuando haya un estímulo previo, es decir, si la persona ya tiene una infección o una enfermedad.