Ante la pandemia de COVID-19, los casos de adultos mayores que temen ir al médico, o que se mantienen confinados y solos, son casos reales, explica un artículo de Revista Contenido.
Los miedos y fobias tienen una prevalencia entre el 5% y el 10% entre los adultos mayores de 65 años. Es el grupo de pacientes más numeroso proclives al suicidio. Por lo tanto, es importante tratarlos, explica la psicóloga Raquel Pérez López dentro del documento.
“En estos días en que el mundo exterior es peligroso, el distanciamiento social tiene un efecto maligno: hacernos creer que nuestro semejante supone una amenaza. Y cuando son muchos semejantes, una pesadilla”.
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Este tipo de miedo recibe el nombre de agorafobia, caracterizada, según esta especialista, por el surgimiento de la ansiedad.
Mala movilidad, posible miedo de adultos mayores
Las personas mayores son conscientes de que su respuesta física puede ser insuficiente en situaciones de estrés. Ese vector es causal de la fobia. El temor de tener que huir y no poder hacerlo es, motivo frecuente de ansiedad, señala la experta.
“Con el levantamiento de algunas medidas, debemos ir recuperando la vida que habíamos dejado confinada: salir a la calle”.
Por su parte, la psicóloga María del Carmen Rodríguez, maestra del grado de Psicología de la Universitat Oberta de Catalunya recomienda reflexionar sobre qué ha pasado tras estos meses de encierro y cómo volver a las calles, a las tiendas, a las oficinas.
Según la experta, será necesario tener muy en cuenta las agorafobias y los cuadros de ansiedad, tanto por los efectos sanitarios como por la repercusión económica y social.
Rodríguez comenta que las personas mayores, han hecho un esfuerzo para seguir el confinamiento. Han sufrido soledad, especialmente los que no dominan los celulares, tabletas, videollamadas, etc., que han vivido el confinamiento con tristeza y añoranza.
Los adultos mayores necesitan más tiempo y convivir con sus familias, concluye el artículo.