El mico de la noche o martucha es un mamífero arborícola, solitario y territorial, al que le gusta comer acompañado. Desafortunadamente estos animales son utilizados con fines comerciales y eso contribuye a que pueda peligrar su existencia.
Conoce más de esta sorprendente especie que forma parte de la campaña “Somos guardianes” de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), cuyo objetivo es promover la participación ciudadana en el conocimiento, valoración y respeto de la naturaleza mexicana.
Mico de la noche una especie amenazada por si piel, carne y carisma
Aunque no se encuentra en peligro de extinción y no hay ninguna acción específica para su conservación, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), asegura que la martucha se encuentra listada en la categoría de “Sujeta a Protección especial (Pr)”, de acuerdo con la norma oficial mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.
Y es que, según la Conabio, la piel de esta especie es apreciada en la peletería, su carne es comestible y suelen ser capturadas cuando son pequeños para tenerlos como mascotas ya que son animales carismáticos.
De ahí que su subsistencia dependa en gran medida de la conservación y recuperación de las selvas tropicales, dice la Comisión, quien asegura que este simpático y desconocido mamífero es una especie clave en las relaciones ecológicas de la selva.
¿Cómo es el mico de la noche?
El mico de la noche es un animalito que recibe diversos nombres según la región geográfica, algunos de ellos son: martucha, kinkajou o perro de monte.
Su nombre científico es Potos flavus y es un miembro de tamaño mediano de la familia Procyonidae; por lo que es primo de animales como los olingos y el cacomiztle. Sin embargo, su estilo de vida arborícola muestra una forma de evolución independiente por lo que no están relacionados con ningún otro grupo de mamíferos arbóreos.
Tiene un cuerpo robusto y piernas cortas terminadas en garras cortas y curvadas. Su cabeza es redondeada y tiene ojos grandes redondos ubicados al frente, los cuales presentan un brillo anaranjado por las noches.
Su hocico es corto y puntiagudo el cual está decorado con nariz rosa. Sus orejas son chicas y redondas ubicadas a los lados de la cabeza. Tienen una lengua larga y angosta, y una cola larga con capacidad prensil.
Su pelaje es denso suave y de color café-dorado en las partes superiores. No obstante, la Conabio destaca que los individuos norteños son más pálidos que los sureños, pues varían de café-grisáceo.
Se alimentan principalmente de frutas como higos, mangos, plátanos aunque complementan su dieta con néctar, flores e insectos.
Son estrictamente nocturnos, arborícolas y rara vez bajan al suelo ya que se desplazan a través del dosel y aunque se consideran solitarios, a veces se observan en parejas o grupos cuando se alimentan en algún árbol.
Llegan a vivir en cautiverio hasta 23 años, y suelen tener generalmente solo una cría, aunque existen casos donde pueden tener dos bebés, los cuales necesitan entre 98-120 días de gestación, y nacen generalmente en la época seca (febrero y mayo).
¿Dónde habitan los micos de la noche?
Según la Comisión, habitan en todo tipo de bosque tropical, bosque mesófilos de montaña, acahuales y zonas agrícolas, siempre y cuando haya árboles altos y rara vez en palmares.
Las poblaciones más abundantes se encuentran principalmente en las selvas altas perennifolias del sureste del país, específicamente en Chiapas.
También se pueden localizar en los estados de Guerrero, Oaxaca, Tabasco, Veracruz, Yucatán e incluso en Michoacán, San Luis Potosí y Tamaulipas.
Factores de riesgo para las martuchas
De acuerdo con la Conabio, los micos de la noche o martuchas se ven afectadas principalmente por la deforestación y fragmentación del hábitat como consecuencia de la ganadería, agricultura y extracción ilegal de especies maderables, invasión de terrenos dentro de las reservas, así como incendios forestales.