Los antitranspirantes acaban con el mal olor y el exceso de bacterias por sudoración, pero bloquean la transpiración de las glándulas sudoríparas, motivo por el cual estos se han se han asociado al cáncer de mama. Una experta de la UNAM aclara si es cierto que ¿los antitranspirantes causan cáncer de mama?
Laura Tirado Gómez, académica del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo que “en los últimos años se ha dado un debate científico al respecto de la responsabilidad de los antitranspirantes respecto a esta enfermedad”.
Y resalta que “existen algunas publicaciones científicas que dicen que efectivamente están ligados a la presencia del cáncer de mama”, como por ejemplo “un artículo de Inglaterra donde se encontró esta asociación, y explicaban que era muy importante suspender el uso de antitranspirantes, sin embargo, el estudio tenía algunos sesgos”.
La especialista señala que también hay un artículo español, donde “un grupo de investigadores detalló que los antitranspirantes no se asocian con el cáncer de mama”, Sin embargo, hasta la fecha existe mucha controversia y asegura, “no es posible saber si causan o no esta enfermedad”.
Por ello, lo que se sugiere es que si las mujeres utilizan antitranspirantes se laven bien las axilas antes de ir a dormir para que transpiren las glándulas sudoríparas.
“Más que preocuparse por el uso del desodorante, es mejor ocuparse del estilo de vida. Por ejemplo, se ha asociado que esta enfermedad es más común en personas que toman alcohol, fuman o tienen sobrepeso u obesidad, por lo que se recomienda evitar estos factores de riesgo”, afirmó la experta.
Además, insistió en que es fundamental realizar una auto-exploración de rutina a partir de los 25 años; siete días antes de la menstruación, porque la mama está turgente por la retención de líquidos.
Mientras que en las mujeres que ya no menstrúan se puede fijar cualquier día del mes.
“No hay edad en la que no se pueda presentar este padecimiento, pero es más común en mujeres de entre 35 y 60 años, posteriormente empieza a descender. Por eso, se recomienda la palpación frecuente y seguir todas las recomendaciones”.
Laura Tirado Gómez, académica de la UNAM.