¿Los animales experimentan enfermedades mentales?, la ciencia responde
Los animales pueden mostrar algunos de los mismos comportamientos ansiosos o compulsivos que los humanos con trastornos mentales diagnosticados clínicamente. Pero ¿los animales realmente experimentan enfermedades mentales como las experimentan los humanos?, esto dice la ciencia.
Según un artículo publicado en la revista especializada Popular Science, veterinarios y los investigadores del comportamiento animal aseguran que los animales pueden experimentar enfermedades mentales y trastornos psiquiátricos.
“Los animales absolutamente pueden experimentar enfermedades mentales“, aseguró el profesor asociado y veterinario de la Universidad de Pensilvania Carlo Siracusa, quien trabaja regularmente con perros y gatos que muestran signos de agresión o comportamiento destructivo que, según él, son un subproducto de la angustia o el miedo.
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Esto se manifiesta de manera similar a la ansiedad basada en el miedo que se observa en los humanos, indicó Siracusa, quien señaló que “regiones similares que regulan las emociones en el cerebro humano también funcionan en animales que muestran signos de ansiedad”.
Y es que, aunque los cerebros de los humanos y los animales difieren en tamaño y complejidad, el procesamiento emocional en ambos casos tiene lugar en la amígdala.
¿Cómo saber si un animal tiene una enfermedad mental?
La determinación de que un animal pueda experimentar alguna enfermedad mental es ambigua en tanto que sólo es posible presumir que experimentan ansiedad u otros trastornos mentales en función de las observaciones de su comportamiento y no de los requerimientos estipulados en las actuales definiciones sobre enfermedades mentales.
Por ejemplo, la definición de “trastorno de ansiedad generalizada o ansiedad crónica” estipulada en en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), indica que los pacientes con este padecimiento presentan preocupación excesiva la mayoría de los días y la dificultad para controlar la preocupación.
Sin embargo, para que un médico pueda realizar un diagnóstico necesita que las personas expresen mediante el lenguaje su experiencia, cosa que no ocurre con los animales en tanto que no pueden comunicarse de esa manera.
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Con base en esto, los veterinarios pueden diagnosticar a un animal con ansiedad o trastorno obsesivo-compulsivo cuando ven evidencia potencial de ello en sus acciones, pero no con la certeza de que ello ocurra tal como sucede con los seres humanos.
Siracusa afirma que, a menudo, los animales con enfermedades mentales sólo se detectan cuando su comportamiento afecta negativamente la vida de sus dueños.
Esto por tanto lleva a que se desconozca cuántos animales podrían estar experimentando realmente un estado mental que podría asociarse con una enfermedad mental.
¿Cómo se ven las enfermedades mentales en los animales?
Las enfermedades mentales en los animales pueden presentarse de diversas formas. A diferencia de los humanos, a quienes se les puede diagnosticar un trastorno de ansiedad generalizada debido a una variedad de factores, los animales siempre reaccionan a su entorno de alguna manera.
Un ejemplo de esto son los perros y gatos ansiosos pueden caminar de un lado a otro de una habitación, temblar, perder pelo o vomitar compulsivamente la comida.
En cambio, se sabe que los primates en cautiverio arrojan excrementos o se automutilan a veces de manera brutal.
En algunos casos, las mascotas con episodios graves de ansiedad por separación pueden sentirse abrumadas y atacar los muebles de la casa.
Otras mascotas muy ansiosas pueden gruñir o incluso atacar a otras personas o animales desconocidos como respuesta al miedo.
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Incluso, los traumas pasados extremos también pueden quedarse con los animales de la misma manera que lo hacen con los humanos.
“Se dice que hasta un 10% de los perros militares estadounidenses que participaron en combate activo en Afganistán han recibido diagnósticos clínicos de trastorno de estrés postraumático”.
Incluso, al igual que los humanos, los perros que han sido desatendidos o que han tenido algún otro cambio disruptivo importante en su entorno pueden mostrar agresión impulsiva y desarrollar comportamientos compulsivos, indicó el experto.
Sin embargo, el especialista en salud animal destacó que es probable que haya una cohorte más grande de animales que sufre de ansiedad pero que pasa desapercibida.
Tal como ocurre con las mascotas que cuando se quedan solas pasan gran parte del tiempo estacionados frente a la puerta, esperando nerviosamente el regreso de su dueño, pero que no destruyen objetos, no orinan, ni defecan.