El telescopio espacial James Webb que se encuentra en órbita desde mediados de año para escudriñar los confines del Universo y la atmósfera de los planetas lejanos, entregó a lo largo de 2022 imágenes excepcionales, sin embargo, esto es apenas un esbozo de lo que podría llegar a lograr en un futuro no muy lejano.
Las imágenes más impactantes del telescopio James Webb en 2022
El telescopio James Webb envió el 12 de julio de 2022 cinco imágenes que pusieron de relieve sus capacidades: miles de galaxias, algunas formadas poco después del Big Bang, hace 13 mil 800 millones de años.
Meses después, en agosto, pudo fotografiar a Júpiter con todo lujo de detalles, lo que ayudará a comprender el funcionamiento interno de ese gigantesco planeta gaseoso.
Otras imágenes coloreadas que provocaron asombro fueron los “Pilares de la Creación”, enormes estructuras de gas y polvo repletas de estrellas, de tonos azulados, rojos y grises.
Estas imágenes y datos invitan a los científicos a “revisar sus modelos sobre la formación de las estrellas”, explicó la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA).
Apenas cinco meses después de su entrada en funcionamiento, el telescopio permitió a los astrónomos atisbar una galaxia que se formó apenas 350 millones de años después del Big Bang.
Esas formaciones galácticas son mucho más brillantes de lo que se suponía y quizás se formaron mucho antes de lo que se calculaba.
El telescopio James Webb a meses de su lanzamiento
Los resultados de este novedoso telescopio situado a 1.5 millones de km de la Tierra, superan a los del telescopio Hubble, que sigue en funcionamiento pero no tiene la precisión de las lentes del James Webb.
Tras su exitoso lanzamiento, se estima que el James Webb opere durante al menos 20 años, en lugar de los 10 que se preveía inicialmente.
“Se está comportando mucho mejor de lo que esperábamos”, dijo a la agencia de noticias AFP, Massimo Stiavelli, jefe de misión en el Space Telescope Science Institute, que pilota ese artefacto espacial de 6.5 toneladas.
De acuerdo con la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés), “los instrumentos son más eficaces, las lentes más precisas y estables” y la “estabilidad es clave para lograr imágenes nítidas”.
Las imágenes que llegan del Webb son inicialmente invisibles al ojo humano, porque opera esencialmente en el espectro de infrarrojo, a diferencia del Hubble. Pero gracias a la espectacular coloración de esas fotografías, ha conseguido deslumbrar a los aficionados.
Con esa frecuencia de las ondas infrarrojas, el James Webb puede detectar los rastros lumínicos más débiles del Universo, es decir los albores de su nacimiento sin verse afectado por las nebulosas estelares, o analizar con espectrógrafo la atmósfera de los exoplanetas (planetas fuera del Sistema Solar).
¿Cómo está constituido el telescopio James Webb?
El lanzamiento del James Webb a bordo de un cohete Ariane 5, a finales de 2021, coronó una odisea iniciada por la NASA hace más de 30 años.
Tras varios fracasos, una inversión de 10 mil millones de dólares y la contribución de 10 mil personas, el telescopio se colocó de manera perfecta en su órbita a mediados del verano boreal, en particular con el despliegue de un parasol de la talla de una cancha de tenis.
Su principal espejo tiene 6.5 metros de diámetro, consta de 18 pétalos que se fueron abriendo y calibrando hasta alcanzar una precisión inigualable, con un margen de error de apenas un millonésimo de metro.