Durante el Jueves Santo se celebra “La Última Cena”, la comida final de Jesús de acuerdo con el Evangelio. Los arqueólogos italianos Generoso Urciuoli y Marta Berogno reconstruyeron este pasaje bíblico y lograron recrear lo que pudo estar en la mesa esa noche.
De acuerdo con los investigadores del centro de Petrie, Italia, el famoso cuadro pintado por Leonardo DaVinci, así como el resto de interpretaciones artísticas alrededor de este acontecimiento, “no es históricamente preciso”.
“La Biblia habla de lo que pasó durante la cena, pero no detalla qué comían Jesús y sus 12 compañeros de comedor (…) no ayuda a la causa”
Generoso Urciuoli
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¿Qué comió Jesús durante “La Última Cena”?
De acuerdo con las evidencias arqueológicas publicadas por Discovery, los comensales judíos como Jesús y sus apóstoles habrían utilizado la cerámica terracota o vasijas de piedra para su comida, compartiendo mientras se reclinaban sobre alfombras y cojines.
“Los versículos del Evangelio de Juan señalan que Judas se encontraba al lado de Jesús, probablemente a su izquierda. De hecho, se nos dice que Judas mojó el pan en el plato de Jesús, siguiendo la práctica de compartir la comida de un plato común”
Generoso Urciuoli
La “verdadera” última comida de Jesús
La estricta disposición de los asientos en el momento implicaría que los seguidores más importantes de Jesús estaban sentados a su derecha e izquierda. Cabe destacar que las recreaciones y suposiciones de los arqueólogos parten del hecho de que Jesús era judío, así como por las tradiciones transmitidas por el Torá.
Aunque en los Evangelios se cuenta que la comida incluía pan y vino, los arqueólogos afirman que había mucho más en la mesa:
- porotos
- panes sin levadura
- jaroset
¿Qué es el jaroset?
Según la propia investigación, el jaroset es un plato guisado cocido muy lentamente, salsa de pescado, aceitunas con hisopo, hierbas amargas con pistachos y pasta de nuez.
Cabe destacar que los porotos, es decir, la planta, el fruto y la semilla de las especies también conocidas como judías, frijoles, alubias y habichuelas, son originarios del continente americano, por lo que aún no se ha revelado cómo se comercializaron hasta Jerusalén.