Kindchenschema, ¿por qué nos gustan los bebés y cachorritos?

| 13:46 | Lucía P Castillo | UNAM
por qué nos gustan los bebés y cachorritos
El Kindchenschema es un término acuñado por Konrad Lorenz. | Foto: Shutterstock.

Los bebés humanos y animales generan ternura y protección tanto en adultos humanos como de distintas especies animales. Esto se debe al Kindchenschema, un fenómeno biológico evolutivo, asegura Gerardo López Islas, académico de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Kindchenschema, el fenómeno por el que nos gustan los bebés y cachorritos

Kindchenschema es un término de origen alemán significa “esquema infantil”, el cual refiere al fenómeno evolutivo biológico que asegura que los adultos humanos y de cualquier especie animal atiendan y protejan a un bebé, incluso aunque no sea su hijo.

Dicho fenómeno consiste en un sentimiento de protección que despiertan las crías en los adultos debido a ciertas características físicas que producen una actitud de “ternura” y cuidado.

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El término fue acuñado por Konrad Lorenz, un zoólogo, etólogo y ornitólogo austriaco, quien ganó el Premio Nobel de Medicina en 1973, junto con Nikolaas Tinbergen y Karl von Frisch, por sus estudios sobre el comportamiento animal en su hábitat natural.

Por ejemplo, los bebés humanos tienen ojos grandes y redondos; una cabeza desproporcionada en relación con el cuerpo, rostro, nariz y boca pequeños, mejillas regordetas y sus movimientos son torpes y lentos, indica el experto.

En el caso de los humanos, dicho sentimiento no sólo se produce entre sí mismos, sino también con cachorros de otras especies animales.

“Por eso, solemos adoptar perros y gatos cuando son cachorros, pero cuando crecen y pierden esas características, muchas personas se deshacen de ellos debido a que el instinto de protección y ternura desaparece”, explicó el especialista.

En el caso de los animales, esta emoción no funciona igual, ya que, sólo aplica entre su misma especie.

“La ternura de los cachorros no es suficiente para frenar la tendencia natural al infanticidio en los machos, porque su motivación genética es mayor que cualquier impulso de ternura que el cachorro pueda provocar”, explicó el experto de la UNAM.

Sin embargo, dijo, “en biología no hay reglas absolutas, sólo generalidades y estadísticas”; por lo que, algo puede ser cierto en el 90% de los casos, pero siempre habrá una pequeña población que se desvíe ligeramente del patrón”.

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¿Por qué ocurre?

Según López Islas, este fenómeno es una respuesta del cerebro que comienza en la madre, luego en el padre y, finalmente, en otros miembros de la colonia, dependiendo de la especie.

De ahí que en muchas especies animales no se ataque a los cachorros de otros miembros de la misma manada.  

“En una manada de gorilas, cuando una hembra tiene un bebé, todos los miembros la protegen, aunque no sean parientes. Lo mismo ocurre con los elefantes, donde todas las hembras de la manada están emparentadas y cuidan tanto a las crías como a los juveniles”, explicó el especialista.

De hecho, es por este mismo fenómeno del Kindchenschema que cuando  humano ataca a un bebé de su misma especie o de cualquier otra, se considera una villanía terrible, algo totalmente punible y repulsivo, porque justamente la apariencia del bebé causa ternura e incita a protegerlos, concluyó el especialista.

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