Observando desde el otro lado del Sol, la misión Solar Orbiter, liderada por la Agencia Espacial Europea (ESA), detectó la mayor llamarada de este ciclo solar partiendo de la misma región que otras menos fuertes que alcanzaron la Tierra en mayo.
Al captar el Sol desde todos los lados, esta misión espacial dirigida por la ESA revelan cómo evolucionan y persisten las regiones de manchas solares activas, lo que ayudará a mejorar la predicción del clima espacial.
Durante el fin de semana del 10 al 12 de mayo de 2024, la mayor tormenta solar que golpeó la Tierra en más de 20 años barrió nuestro planeta.
Esto produjo una intensa tormenta geomagnética, creando hermosas auroras que iluminaron el cielo en latitudes mucho más bajas de lo habitual y la culpable fue una región de manchas solares activas llamada AR3664.
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Mientras giraba y se alejaba de la vista de la Tierra alrededor del 14 de mayo, emitió la llamarada más fuerte hasta ahora (clase X8.79), causando grandes apagones de radio en la Tierra, pero no fue la llamarada más fuerte registrada en esa región solar.
El 20 de mayo, el instrumento de rayos X STIX de Solar Orbiter observó la cara oculta del Sol una llamarada masiva de una clase estimada de X12 y que se expandió en dirección contraria a la de la Tierra.
“Esto la convierte en la llamarada más fuerte hasta ahora del ciclo solar actual y en una de las diez más fuertes desde 1996”, afirma en un comunicado la investigadora de la ESA Laura Hayes.
Las llamaradas de clase X son la categoría más alta de las llamaradas solares y, cuanto mayor sea el número después de la X, más intensa es la llamarada.
Solar Orbiter, la nave que estudia el Sol
La mayoría de las misiones que estudian el Sol observan la cara que mira hacia la Tierra, pero Solar Orbiter está tomando una ruta diferente a través del Sistema Solar.
Debido a la forma en que la nave espacial se mueve con respecto a la Tierra, Solar Orbiter está observando actualmente la cara oculta del Sol durante más de cuatro meses.
“La posición de Solar Orbiter, en combinación con otras misiones que observan el Sol desde el lado de la Tierra, nos proporciona una vista de 360 grados del Sol durante un período de tiempo prolongado. Esto solo ocurrirá tres veces más en el futuro de Solar Orbiter, por lo que estamos en una situación única para observar regiones activas en el lado lejano que luego rotarán hacia la vista de la Tierra”, explica Daniel Müller, científico del proyecto Solar Orbiter en la ESA.
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El coronógrafo Metis de Solar Orbiter observó cómo el Sol expulsaba una llamada “eyección de masa coronal”, y el magnetómetro MAG presenció su llegada a la nave espacial momentos después.
El Sol expulsó tanto material que incluso la misión SOHO de la ESA/NASA lo vio desde la Tierra.