Un iceberg gigante que se desprendió de un glaciar ubicado frente a la costa antártica, comenzó a moverse hacia el mar después de permanecer inmóvil durante 20 años, según los expertos de la NASA.
Se trata del iceberg conocido como B-22A y según la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), tiene una extensión de más de 3 mil kilómetros, lo que equivale a casi dos veces el tamaño de la Ciudad de México.
El iceberg B-22A es la pieza más grande que queda del témpano llamado B-22, cuyo tamaño era igual a Rhode-Island y que se desprendió del glaciar Thwaites a principios de 2002. Desde el momento de su desprendimiento y hasta 20 años después el iceberg gigante B-22A quedó a la deriva en el mar de Amundsen, pero manteniéndose cerca del glaciar Thwaites.
De acuerdo con la NASA, este iceberg gigante se había quedado atascado (en tierra) en 2012, por lo que permaneció estacionado en una parte relativamente poco profunda del mar a sólo 100 kilómetros de su lugar de nacimiento. Y fue hasta el otoño de 2022, que el Iceberg B-22A se desprendió del lecho marino y comenzó a desplazarse hacia el noroeste.
En las imágenes satelitales tomadas por la NASA, el movimiento del gigante iceberg es visible. En ellas se muestra el iceberg alejándose del continente entre el 24 de octubre de 2022 y el 26 de marzo de 2023, tiempo en el que se desplazó unos 175 kilómetros.
Según los expertos, es poco común, pero no inaudito, que un iceberg persista durante tanto tiempo pero no inaudito.
“Más de 20 años es un iceberg de larga duración, en términos generales”, dijo Christopher Shuman, glaciólogo de la Universidad de Maryland.
La separación del glaciar gigante resulta importante para los investigadores ya que puede sugerir el futuro del glaciar Thwaites, de donde se desprendió.
Los icebergs en tierra juegan un papel importante en la estabilización del hielo marino del área, lo que a su vez ayuda a reforzar el hielo glacial en tierra y ralentizar su flujo hacia el mar. Si bien los icebergs no contribuyen al aumento del nivel del mar (porque ya están flotando en el océano), el hielo terrestre de los glaciares sí contribuye.
La NASA sugiere que varios factores probablemente ayudaron a que el iceberg se moviera nuevamente, como las aguas cálidas que llegan a la ensenada del mar de Amundsen, las cuales probablemente adelgazaron el témpano por abajo desde que se liberó de Thwaites. Tal adelgazamiento podría haberlo ayudado a perder contacto con el fondo marino poco profundo y permitir que el viento, las olas y las mareas lo arrastraran.