Arqueólogos descubrieron un esqueleto bien conservado en un cementerio en Pompeya, el cual ha arrojado nueva luz sobre los ritos funerarios y la actividad cultural en la antigua ciudad romana condenada, dijeron las autoridades el pasado 17 de agosto.
Se trata del cuerpo de un hombre, que se cree que tenía unos 60 años al momento de morir, fue encontrado en una tumba que data de las últimas décadas de Pompeya, antes de que fuera destruida por el volcán Vesubio en el 79 d.C.
Dentro de los hallazgos, se localizó una inscripción conmemorativa que nombraba al hombre como Marcus Venerius Secundio, y hacía una referencia en griego a las representaciones teatrales en Pompeya; ésta es la primera vez que los arqueólogos han encontrado evidencia directa de obras representadas allí tanto en griego como en latín.
“El hecho de que se organizaran actuaciones en griego es una prueba del clima cultural abierto y animado que caracterizó a la antigua Pompeya”, dijo Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya.
A través de un comunicado, el parque de Pompeya dijo que éste era uno de los esqueletos mejor conservados jamás encontrados en Pompeya y mostraba signos de momificación parcial, con cabello y una oreja aún evidentes en el cráneo. También se encontraron dos urnas de cremación en el recinto de la tumba.
De acuerdo con los expertos, el entierro de Marcus Venerius se considera muy inusual debido a que los adultos normalmente eran incinerados en la ciudad en ese momento.
Ahora, los arqueólogos están investigando si el hombre pudo haber sido embalsamado antes del entierro, ya que se sabe que ciertos textiles se han utilizado en el embalsamamiento y los arqueólogos han encontrado fragmentos de lo que podría ser tela en el sitio.
Los expertos señalaron que el nombre de Marcus Venerius aparece en otro archivo de la ciudad, que lo identificó como esclavo público y custodio del Templo de Venus, quien más tarde fue liberado y su imponente tumba sugiere que había alcanzado un cierto estatus social y económico antes de su muerte.
Actualmente, los visitantes no pueden acceder al lugar del entierro que se encuentra más allá de los límites de la ciudad, sin embargo, los funcionarios de Pompeya dijeron que estaban investigando cómo podrían abrir el área al público.
Pompeya se encuentra a 23 km al sureste de Nápoles, albergaba a unas 13 mil personas cuando la erupción volcánica la enterró bajo cenizas, piedras pómez y polvo, congelándola en el tiempo.
El sitio no fue descubierto sino hasta el siglo XVI y las excavaciones organizadas comenzaron alrededor de 1750. Un reciente estallido de actividad arqueológica, destinado a detener años de deterioro y abandono, ha permitido a los estudiosos descubrir áreas que anteriormente habían permanecido enterradas bajo los escombros volcánicos.