Investigadores del Departamento de Arqueología de la Universidad La Trobe en Melbourne, Australia descubrieron el cráneo de un homínido adulto de dos millones de años, que podría ser “primo” del ser humano.
El espécimen fue catalogado como el fósil DNH 155, corresponde al fósil de un Paranthropus robustus, y fue encontrado en la cantera principal de Drimolen al norte de Johannesburgo, Sudáfrica el 20 de junio de 2018, Día del Padre en la región, por lo que también es conocido como el fósil del Día del Padre.
De acuerdo con los expertos, el Paranthropus robustus era un homínido de dientes grandes y cerebro pequeño que coexistió con nuestros primeros antepasados humanos directos como una “especie prima”.
Angeline Leece, coautora principal del artículo dijo que el Paranthropus robustus apareció aproximadamente al mismo tiempo que nuestro antepasado directo Homo erectus.
“Estas dos especies enormemente diferentes, Homo erectus con sus cerebros relativamente grandes y dientes pequeños, y Paranthropus robustus con sus dientes relativamente grandes y cerebros pequeños, representan experimentos evolutivos divergentes”, dijo el Dr. Leece.
“A lo largo del tiempo, Paranthropus robustus probablemente evolucionó para generar y soportar fuerzas más altas producidas al morder y masticar alimentos que eran difíciles o mecánicamente difíciles de procesar con sus mandíbulas y dientes, como los tubérculos”, sin embargo la investigadora cree que esto podrá aclararse en estudios futuros
Los investigadores argumentan que el espécimen DNH 155, el cual es el más antiguo hasta ahora conocido y mejor conservado, proporciona la primera evidencia de alta resolución de microevolución dentro de una especie de homínido temprano.
Por su parte Jesse Martin, coautor principal y candidato a doctorado en La Trobe, dijo que los hallazgos, publicados hoy en Nature Ecology & Evolution, podrían conducir a un sistema revisado para clasificar y comprender la paleobiología de los antepasados humanos.
“Este descubrimiento es un raro ejemplo de microevolución dentro de un linaje humano, lo que muestra que Paranthropus robustus evolucionó sus adaptaciones de masticación icónicas de manera incremental, posiblemente durante cientos de miles de años, en respuesta al cambio ambiental”.
Por su parte, Andy Herries, director del proyecto Drimolen financiado por el Australian Research Council y profesor de La Trobe indicó que “el cráneo DNH 155 muestra el comienzo de un linaje muy exitoso que existió en Sudáfrica durante un millón de años”
“Creemos que estos cambios tuvieron lugar durante una época en la que Sudáfrica se estaba secando, lo que llevó a la extinción de varias especies de mamíferos contemporáneos. Es probable que el cambio climático haya producido factores ambientales de estrés que impulsaron la evolución dentro de Paranthropus robustus “. Andy Herries, Universidad La Trobe.