El llamado Oasis de Pythia es una fuga del lecho marino recién descubierta en el fondo del Océano Pacífico y, de acuerdo con científicos de la Universidad de Washington, la falla marina inquietantemente tranquila “amenaza con desatar un terremoto de magnitud 9 en el noroeste del Pacífico”, aunque aún alberga muchos misterios por descifrar, según los expertos.
¿La fuga del fondo del Pacífico puede generar terremotos dañinos?
Las características de la fuga en la llamada zona de subducción de Cascadia fueron publicadas en la revista Science Advances, dejando ver que el fluido de la zona de fallas conlleva malas noticias para los riesgos de temblores, pues podría generar un “terremoto dañino“, según Evan Solomon, profesor asociado de oceanografía de la Universidad de Washington.
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La investigación describe el manantial submarino único que los investigadores llamaron Oasis de Pythia. Las observaciones sugieren que el manantial proviene del agua a 4 kilómetros por debajo del lecho marino en el límite de la placa, lo que regula la tensión en la falla en alta mar.
Los científicos se preocuparon cuando hallaron que la fuga del Oceano Pacífico liberaba burbujas de metano y agua que salía del lecho marino como una manguera contra incendios, según describe el profesor Solomon, quien también reconoció es algo que “nunca había visto y, que yo sepa, no se había observado antes”.
¿Cuál es su posible relación con posibles terremotos?
Las nuevas filtraciones ocurren cerca de fallas verticales que cruzan la zona de subducción masiva de Cascadia. “Estas fallas de deslizamiento, donde las secciones de la corteza oceánica y los sedimentos se deslizan entre sí, existen porque la placa oceánica golpea la placa continental en ángulo, ejerciendo presión sobre la placa continental suprayacente”, dicen los expertos.
La pérdida de fluido de la interfase Megathrust en alta mar a través de estas fallas de rumbo es importante porque reduce la presión del fluido entre las partículas de sedimento y, por lo tanto, aumenta la fricción entre las placas oceánica y continental.
“La zona de falla de Megathrust es como una mesa de hockey de aire. Si la presión del fluido es alta, es como si el aire estuviera encendido, lo que significa que hay menos fricción y las dos placas pueden deslizarse. Si la presión del fluido es más baja, las dos placas se bloquearán; ahí es cuando se puede acumular la tensión”.
Evan Solomon, profesor asociado de oceanografía de la Universidad de Washington.
El fluido liberado de la zona de falla en la fuga del Océano Pacífico es como una fuga de lubricante, dijo Solomon, alertando que esas son malas noticias para los riesgos de terremotos: “menos lubricante significa que el estrés puede generar un terremoto dañino”, señala.
Finalmente, la UW precisa que el profesor Solomon acaba de regresar de una expedición para monitorear los fluidos del fondo marino frente a la costa noreste de Nueva Zelanda. La zona de subducción de Hikurangi es similar a la de Cascadia, pero genera terremotos más pequeños y más frecuentes que facilitan el estudio, aunque tiene una estructura submarina diferente, lo que significa que es poco probable que tenga filtraciones de fluidos como las descubiertas en el nuevo estudio.