Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) analizaron evidencias geológicas, mineralógicas y estratigráficas de perforaciones petroleras y plantean que la extinción de los dinosaurios se debió a un evento volcánico subacuático.
Las muestras se tomaron en la zona de Chicxulub, al norte de la península de Yucatán, donde cayó un meteorito al final del periodo Cretácico, que coincide con el fin de la era de los dinosaurios.
En el artículo “The Chicxulub Myth in Yucatan, comparison with the Cretaceous-Cenozoic boundary from oil wells of Eastern and Southern Gulf of Mexico”, publicado en la gaceta Gondwana, Abelardo Cantú Chapa y Juan Carlos Zarazúa Saucedo, de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), exponen los resultados.
Cantú Chapa, doctor en Geología por la Facultad de Ciencias de la Universidad La Sorbona de París, Francia, y pionero del estudio de fósiles de pozos petroleros de México, expresó que en la zona del supuesto impacto, con un registro geofísico de mil 200 metros de profundidad, se observa la presencia de sedimentos de origen volcánico, como son cenizas, lavas, vidrio volcánico y bentonita, entre otros.
“El estudio de la secuencia de rocas carbonatadas de origen marino transicionales en la zona de contacto entre el Cretácico-Paleoceno (K/Pg), no arroja ninguna evidencia geológica relacionada con el supuesto impacto de un cuerpo litológico extraterrestre en la región, incluido el iridio, lo que nos lleva a replantear seriamente el mito del meteorito de Chicxulub”
Abelardo Cantú Chapa, doctor en Geología
El catedrático comentó que la extinción de las especies vegetales y animales, ocurrido coincidentemente en ese periodo, se debió a causas evolutivas que responden a cuestiones biológicas, toda vez que los organismos agotan su capacidad de renovarse y por lo mismo desaparecen definitivamente, sin relación alguna con el impacto de un meteorito.