Frijoles de la olla, charros, refritos o puercos, no importa cómo los prefieras, porque además de ser un alimento que no puede faltar en las mesas mexicanas; tiene grandes beneficios para la salud de las personas, aseguran expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Beneficios de comer frijoles
Los frijoles son considerados alimentos funcionales en la mejora y buen funcionamiento de la salud humana, pues son una fuente rica en proteínas e hidratos de carbono.
Además de contener vitaminas del complejo B que otorgan múltiples beneficios al cuerpo humano, tales como:
- La niacina, un nutriente importante para la piel, los nervios y los órganos que intervienen en la digestión.
- La riboflavina, mejor conocida como vitamina B2, importante para la vista y la piel.
- El ácido fólico que promueve el metabolismo de las proteínas y la formación de glóbulos rojos.
- La tiamina o B1 que es esencial para los ácidos nucleicos, el ADN y el ARN, es decir, los portadores de los genes, promueve también el apetito y normaliza las funciones del sistema nervioso.
Los académicos de la UNAM aseguran que el frijol proporciona una surtida dosis de minerales, tales como hierro, cobre, zinc, fósforo, potasio, magnesio y calcio, y también es una excelente fuente de ácidos grasos poliinsaturados que son importantes para mantener las membranas de todas nuestras células.
Tienen un alto contenido en fibra soluble, la cual controla los niveles de glucosa en sangre, ayudando en la reducción del colesterol, la prevención y tratamiento de la diabetes, así como el mejoramiento de la biota intestinal.
Mientras que su fibra insoluble, en forma de almidón, también evita el estreñimiento y las hemorroides.
Debido a su importancia alimenticia, amplia disponibilidad en el mercado y bajo precio, los expertos recomiendan consumirlos de dos a cuatro veces por semana.
Mitos de los frijoles
De acuerdo con la UNAM, muchas personas creen que los frijoles hacen engordar a las personas, debido a la creencia sustentada en la tradicional forma de prepararlos, en la que se adicionan productos con alto contenido en grasas saturadas, tales como carne o manteca de cerdo y tocino.
Sin embargo, los especialistas aseguran que los frijoles son, por lo general, poco calóricos, aportan una cantidad mínima de grasas y producen un notable efecto de saciedad.
“Una ración de sesenta gramos (los granos que nos pueden caber en una mano) de la mayoría de las legumbres aporta entre 155 y 180 calorías”.
México y los frijoles
En México, el frijol es parte de la dieta diaria junto con el maíz y el chile, y representa uno de los dos cultivos más importantes del sector agropecuario.
Cerca del 50% de la producción nacional de frijol se localiza en los estados de Durango, Sinaloa y Zacatecas, aparte de cubrir más de la mitad de la superficie sembrada en el país, también ocupa aproximadamente cuatro millones de productores.
En México existen cerca de 70 variedades de frijol, que se distribuyen en siete grupos: negros, amarillos, blancos, morados, bayos, pintos y moteados.
El frijol fue uno de los primeros granos cultivados en la historia de la humanidad y se introdujo al Continente Americano por medio de las tribus nómadas que cruzaron el estrecho de Bering hasta Alaska.
De hecho, existe evidencia de que nuestros antepasados en México, los Aztecas, usaron el frijol como una comida esencial en el siglo décimo y de que los Incas lo introdujeron al Sur de América.