La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó este miércoles el uso de emergencia de la píldora contra el COVID-19 de Pfizer, lo que significa un paso importante en la lucha contra la pandemia.
La autorización de la píldora contra el COVID-19 de Pfizer por parte de la FDA posibilita el acceso en el hogar a un tratamiento contra esta enfermedad a millones de enfermos.
“Esta aprobación proporciona una nueva herramienta para luchar contra el COVID-19 en un momento crítico de la pandemia, en el que están surgiendo nuevas variantes”, dijo la funcionaria de la FDA, Patrizia Cavazzoni, en un comunicado, quien señaló que “el medicamento de Pfizer puede administrarse a pacientes de alto riesgo mayores de 12 años”.
La FDA enfatizó que el tratamiento debe complementar, en lugar de reemplazar, a las vacunas, que siguen siendo la barrera de primera línea contra el coronavirus.
Sobre la decisión de la Administración, el presidente de aquel país, Joe Biden, dijo en un comunicado que invocaría una ley que ayudaría a Pfizer a aumentar rápidamente la producción.
“La acción de hoy es un testimonio del poder de la ciencia y el resultado de la innovación y el ingenio estadounidense”, dijo Biden.
Hasta ahora, Estados Unidos ha invertido más de 5 millones de dólares en la adquisición de 10 millones de tratamientos, de los cuales los primeros 265 mil se entregarán en enero y el resto a fines del verano boreal, dijo el coordinador de COVID-19 de la Casa Blanca, Jeff Zients, en una reunión con la prensa.
Por su parte la farmacéutica dijo que estaba lista para comenzar la entrega inmediata en los Estados Unidos, y elevó sus proyecciones de producción de 80 millones a 120 millones de tratamientos en 2022.
¿Qué se sabe sobre la pastilla contra COVID-19 de Pfizer?
Este tratamiento, denominado Paxlovid, que comprende dos tipos de tabletas, es una combinación de una nueva molécula, el compuesto PF-07321332 o nirmatrelvir y el antiretroviral ritonavir, que se utiliza contra el virus del SIDA, y se toman en comprimidos separados.
El nirmatrelvir bloquea la acción de una enzima que el virus necesita para replicarse, mientras que el ritonavir ralentiza la degradación del nirmatrelvir para que permanezca en el cuerpo durante más tiempo y en niveles más altos.
A este medicamento se le conoce como un “inhibidor de proteasa” y ha demostrado en pruebas de laboratorio que bloquea la maquinaria de replicación del virus.
A diferencia de las vacunas, la píldora antiCOVID-19 no se dirige a la proteína spike en constante evolución, que el coronavirus utiliza para invadir las células. Debido a ello, en teoría, estaría mejor capacitada para enfrentar a las variantes. Pfizer dijo que los estudios de laboratorio preliminares respaldaron esa hipótesis.
“Paxlovid debería ser administrada lo antes posible tras el diagnóstico del COVID-19 en los cinco primeros días desde el inicio de los síntomas”, indicó la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), después de que el pasado 16 de diciembre autorizó que los estados miembros utilicen la píldora contra COVID-19 de Pfizer, antes de su aprobación formal, y agregó que el tratamiento debe extenderse durante cinco días más.
La píldora de Pfizer, al igual que la de su rival Merck no necesitan inyección o entrada por vía intravenosa, por lo que son más accesibles.
Pfizer ha indicado que su pastilla reduce las hospitalizaciones y la muerte de personas de riesgo en un 88%, y que debería resistir a la nueva variante Ómicron.
Los efectos secundarios más comunes de la píldora contra COVID-19 son perturbaciones en el gusto, diarrea y vómitos.
Y se recomendó no ser administrado a mujeres embarazadas, y durante la lactancia debe ser interrumpida, en caso de su utilización.