Faros halógenos vs led: diferencias y cuáles son más útiles

| 13:33 | Mario Alberto Ostos Chávez | Uno TV

En el mundo automotriz, la elección del tipo de faros es una decisión crucial que puede afectar no solo la estética del vehículo, sino también la seguridad y el confort del conductor. Los faros halógenos y los LED son dos de las opciones más comunes en el mercado, cada uno con características distintivas que los hacen más o menos adecuados según las necesidades del usuario.

Faros: tecnología y eficiencia energética

Los faros halógenos funcionan mediante un filamento de tungsteno encerrado en una cápsula de gas halógeno. Cuando se aplica corriente eléctrica, el filamento se calienta hasta la incandescencia, produciendo luz. Este tipo de faro es conocido por su simplicidad y bajo costo, lo que lo ha convertido en una opción popular durante décadas. Sin embargo, uno de los mayores inconvenientes de los faros halógenos es su baja eficiencia energética. Gran parte de la energía que consumen se convierte en calor en lugar de luz, lo que no sólo es ineficiente, sino que también limita su vida útil a aproximadamente mil horas.

Por otro lado, los faros LED utilizan diodos emisores de luz que generan luz a través de la electroluminiscencia. Esta tecnología es mucho más eficiente en términos de consumo de energía, ya que convierte la mayor parte de la energía en luz, con una mínima generación de calor. Los faros LED tienen una vida útil significativamente más larga, con estimaciones que oscilan entre 20 mil y 30 mil horas, lo que los convierte en una opción más duradera y ecológica a largo plazo.

Los faros del auto son indispensables para la conducción. Foto: Getty
Los faros del auto son indispensables para la conducción. Foto: Getty

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Rendimiento en condiciones de conducción

En términos de rendimiento, los faros LED superan a los halógenos en varios aspectos clave. Los faros LED ofrecen una iluminación más brillante y uniforme, lo que mejora la visibilidad durante la noche y en condiciones de poca luz o con neblina. Esta mayor intensidad lumínica permite al conductor ver mejor el camino y detectar obstáculos con mayor antelación, reduciendo el riesgo de accidentes.

Además, los faros LED tienen la capacidad de producir luz en una variedad de colores, lo que permite a los fabricantes de automóviles ofrecer sistemas de iluminación más personalizados y adaptados a las preferencias del conductor. En contraste, los faros halógenos producen una luz de color amarillo, que puede ser menos efectiva en condiciones de poca visibilidad y puede causar fatiga visual en recorridos largos.

Costo y mantenimiento

Uno de los principales puntos a favor de los faros halógenos es su bajo costo inicial. Son más económicos de fabricar y, por lo tanto, suelen ser más baratos de adquirir que los faros LED. Además, cuando un faro halógeno se quema, su reemplazo es relativamente sencillo y económico. Sin embargo, dado que tienen una vida útil más corta y son menos eficientes energéticamente, es probable que a largo plazo resulten más costosos debido a la necesidad de reemplazos frecuentes y al mayor consumo de energía.

En contraste, los faros LED, aunque más caros inicialmente, pueden resultar más económicos a largo plazo debido a su durabilidad y eficiencia energética. Además, requieren menos mantenimiento, lo que reduce el costo y el tiempo invertido en el cuidado del vehículo.

Adaptabilidad y diseño

Desde una perspectiva de diseño, los faros LED son más compactos y flexibles, lo que permite una mayor libertad a los fabricantes de automóviles para crear sistemas de iluminación más estilizados. Esta adaptabilidad no sólo mejora la estética del vehículo, sino que también puede contribuir a mejorar su rendimiento.

La elección entre faros halógenos y LED depende en gran medida de las prioridades del conductor. Los faros LED ofrecen una mayor eficiencia, durabilidad y rendimiento, mientras que los halógenos son una opción más económica y simple de reemplazar. Evaluar estos aspectos es esencial para tomar una decisión informada que se alinee con las necesidades específicas del vehículo y del conductor.

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