Estudio reveló la existencia de un error en la causa de muerte del pintor italiano, Rafael, quien se cree sufría una “enfermedad de tipo coronavirus“.
Un nuevo estudio dedicado al maestro del Renacimiento, hecho por investigadores de la Universidad de Milan Bicocca, reveló que Rafael “murió de una enfermedad pulmonar muy similar al coronavirus que conocemos hoy”, tras no haber dicho a sus médicos que visitaba secretamente a sus conquistas en noches heladas, y no de sífilis como se creía.
Michele Augusto Riva, historiador de la medicina, indica que la fiebre que destruyó al prolífico pintor y arquitecto fue atendida por “los mejores médicos de Roma, enviados por el papa”, quienes temían perder a este artista invaluable, y diagnosticaron una fiebre causada por un “exceso de humores” o de sangre, que los llevó a realizar erróneamente sangrías, a través de incisiones o sanguijuelas, las cuales debilitaron mortalmente al artista.
“En esta época, los médicos eran conscientes de los peligros de la sangría en el tratamiento de enfermedades infecciosas, pero actuaban sobre la base de información falsa”, explicó Riva, que realizó el estudio con tres colegas investigadores.
De acuerdo con un mito popular, el pintor murió en 1520 a causa de sífilis, a los 37 años, tras haber cortejado a una dama. Sin embargo, el también pintor Giorgio Vasari menciona en su obra maestra “Las vidas de los mejores pintores, escultores y arquitectos”, que Rafael omitió hablar a los médicos de su tiempo de sus “frecuentes salidas nocturnas en el frío” para visitar a sus amantes.
Riva señala que “hacía mucho más frío en marzo en esa época, y es muy probable que haya contraído una neumonía”.
La investigación indica que Rafael padecía una enfermedad aguda, caracterizada por una fiebre elevada y continua.
Relatos contemporáneos sobre su muerte revelan que la enfermedad del pintor “duró 15 días, estando Rafael lo suficientemente tranquilo para poner en orden sus asuntos, confesar sus pecados y recibir los últimos sacramentos”, por lo que según el estudio “una infección de transmisión sexual, como la sífilis que se cree lo mató, no podía explicar el período de incubación”.
Los investigadores destacan que “una manifestación aguda de hepatitis viral no podía ser considerada sin ictericia y otros signos de insuficiencia hepática. Además, ningún brote de tifus o peste ha sido reportado en la ciudad de Roma en esa época”, por lo que no pudo tratarse de dichas enfermedades.
El estudio, publicado recientemente en la revista Internal and Emergency Medicine, concluyó que “un error médico, y su propio error al no contar fielmente su historia, contribuyeron a la muerte de Rafael”.
Rafael tuvo a su muerte un grandioso funeral en el Vaticano. Sus restos descansan en el Panteón de Roma, donde una rosa roja adorna su tumba a lo largo del año 2020, marcando el quinto centenario de su fallecimiento.
El reconocido pintor formó parte del trío de maestros de Renacimiento, con Miguel Angel y Leonardo da Vinci, y a pesar de su muerte prematura, Rafael produjo una gran cantidad de obras importantes, de las cuales una gran parte se encuentra en el Vaticano, cuyos museos incluyen varias salas llenas de sus frescos.