Científicos de la Universidad de Osaka, Japón, están utilizando impresoras 3D para crear lo que esperan que sea una alternativa más sostenible a la famosa carne wagyu de su país, y dicen que la medida podría ayudar a abordar la escasez de alimentos y proteínas en el futuro.
La carne cultivada en laboratorio tiene como objetivo replicar el alto contenido de la wagyu, que lo distingue de otros tipos de carne, señalan los investigadores japoneses.
El profesor Michiya Matsusaki y su equipo de investigación primero extrajeron células bovinas de vacas negras japonesas y luego utilizaron una bioimpresora 3D para crear músculos individuales, vasos sanguíneos y fibras de grasa. Ellos unen manualmente las fibras para crear la carne.
Hasta el momento, no hay información sobre el sabor, ya que el wagyu cultivado en laboratorio de los investigadores aún no está listo para ser servido.
Actualmente se necesitan hasta cuatro semanas para generar un centímetro cúbico de wagyu, a un costo de 10,000 yenes (casi 2 mil pesos el gramo).
Matsusaki dijo que una vez que el proceso sea refinado y automatizado, la carne podría producirse en masa dentro de cinco años, lo que reduciría el costo.
Además, señaló que al desarrollar carne a partir de unas pocas células, esperaba que su wagyu algún día pudiera ayudar a abordar los problemas de escasez de alimentos. También cree que la tecnología podría algún día aplicarse a la medicina regenerativa.
“Si lo reemplazamos con células humanas, podríamos trasplantar el músculo humano (que generamos a partir de las células), como el músculo del muslo, donde falta”, dijo.
Una estimación de una empresa de servicios de información, Global Information, sugirió que el mercado de carne a base de células podría pasar de 1,64 millones de dólares actuales a 2,79 mil millones de dólares para 2030.