Investigadores del Observatorio Europeo Austral (ESO por sus siglas en inglés) dieron a conocer que encontraron por primera vez evidencia única del comportamiento de una estrella caníbal “devorando” sus planetas. Esto fue posible de identificar gracias a una cicatriz impresa en la superficie de una estrella enana blanca. ESO/L. Calzada
“Es bien sabido que algunas enanas blancas (brasas de estrellas como nuestro Sol que se enfrían lentamente) están canibalizando partes de sus sistemas planetarios. Ahora hemos descubierto que el campo magnético de la estrella juega un papel clave en este proceso, lo que resulta en una cicatriz en la superficie de la enana blanca ”, indicó Stefano Bagnulo, autor principal del estudio.
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La cicatriz que observó el equipo es una concentración de metales impresa en la superficie de la estrella enana blanca WD 0816-310, que es el remanente, del tamaño de la Tierra, de una estrella similar al Sol, pero algo más masiva.
Las observaciones también proporcionaron pistas sobre cómo la estrella obtuvo su cicatriz metálica. Según el ESO, el equipo notó que la fuerza de la detección de metales cambiaba a medida que la estrella giraba, lo que sugiere que los metales se concentran en un área específica de la superficie de la estrella enana blanca, en lugar de extenderse suavemente sobre ella.
También descubrieron que estos cambios estaban sincronizados con cambios en el campo magnético de la enana blanca, lo que indica que esta cicatriz metálica se encuentra en uno de sus polos magnéticos. En conjunto, estas pistas indican que el campo magnético canalizó metales hacia la estrella, creando la cicatriz, informó el Observatorio.
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“Sorprendentemente, el material no se mezcló uniformemente sobre la superficie de la estrella, como predijo la teoría. En cambio, esta cicatriz es un parche concentrado de material planetario, mantenido en su lugar por el mismo campo magnético que ha guiado los fragmentos que caen. No se había visto nada parecido antes“, dijo el coautor John Landstreet.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo utilizó un instrumento llamado FORS2 que se encuentra en el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral en Chile.
Aprovechando el poder de observaciones como éstas, los astrónomos pueden revelar la composición general de exoplanetas y planetas que orbitan otras estrellas fuera del Sistema Solar. Este estudio único también muestra cómo los sistemas planetarios pueden permanecer dinámicamente activos, incluso después de la “muerte”.
Los resultados fueron publicados este lunes en la revista especializada The Astrophysical Journal Letters.