La NASA anunció un nuevo proyecto llamado HARP (Heliofísica auditada: resonancias en plasma), que convierte en sonidos audibles las ondas de frecuencia ultra baja que llenan el ambiente magnético entre la Tierra y el Sol, por lo que ahora sabemos cómo suena ese espacio.
Estas ondas, componen espacial, son resultado de la relación entre la Tierra y el Sol, y ahora gracias a la ayuda de científicos, se pueden convertir en silbidos, crujidos y zumbidos.
Entre la Tierra y el Sol, el espacio no está realmente vacío, sino que está lleno de una sopa de partículas cargadas llamada plasma. Este plasma proviene del Sol, bombeado en una corriente constante llamada viento.
Cuando este plasma solar golpea la Tierra, hace que las líneas del campo magnético y el plasma alrededor de la Tierra vibren como las cuerdas pulsadas de un arpa, produciendo ondas de frecuencia ultrabaja.
Estos datos provienen de la misión THEMIS de la NASA, la cual fue lanzada en 2007 con cinco satélites que han estado recopilando una gran cantidad de información sobre las ondas de plasma en la magnetosfera de la Tierra.
Sin embargo, las frecuencias de las ondas que mide THEMIS son demasiado bajas para que los oídos las escuchen. Entonces, el equipo de HARP los aceleró para convertirlos en ondas de sonido.
El proyecto HARP para oír el espacio entre la Tierra y el Sol
El proyecto HARP se inspiró en otro proyecto de sonificación liderado por Martin Archer, heliofísico del Instituto de Ciencias Espaciales de Colorado, llamado MUSICS, que involucró a estudiantes de secundaria en la identificación de patrones en los datos sonificados de satélites de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Los estudiantes fueron capaces de identificar un nuevo patrón de ondas de plasma relacionado con tormentas solares que los métodos automatizados habían pasado por alto.
Ahora, el equipo de HARP está utilizando esta herramienta para permitir que científicos ciudadanos escuchen estas ondas y descubran nuevas características.
El proyecto HARP, financiado por la NASA, busca la ayuda de científicos ciudadanos para entender patrones complejos en el ambiente espacial cercano a la Tierra. Las ondas de plasma que vibran como las cuerdas de una arpa producen vibraciones de frecuencia ultra baja que son demasiado bajas para ser escuchadas por el oído humano. Sin embargo, el proyecto convierte estas ondas en sonidos audibles, lo que permite a los científicos explorar el espacio sonoro y participar en el descubrimiento de nuevas características.
En palabras de Michael Hartinger, investigador principal del proyecto, “lo que más me entusiasma del proyecto HARP es la capacidad de los científicos ciudadanos para hacer nuevos descubrimientos en la investigación de la heliofísica a través del análisis de audio”.
La sonificación de los datos proporciona una oportunidad única para apreciar la música natural del cosmos y, como explica Robert Alexander, del equipo de HARP, “estamos escuchando sonidos que son literalmente de otro mundo, y para mí eso es lo más parecido a flotar en un traje espacial”.