Dos astronautas rusos y una estadounidense llegaron el viernes a bordo de una cápsula Soyuz a la Estación Espacial Internacional (ISS), en una inusual cooperación en un período especialmente tenso entre Moscú y Washington.
La nave despegó de noche a la hora prevista desde el cosmódromo ruso de Baikonur, en Kazajistán, según imágenes transmitidas en directo por la agencia espacial rusa, Roscosmos.
El cohete llegó a la ISS tres horas más tarde, anunció la agencia espacial en un comunicado.
El lanzamiento se produjo menos de un mes después de la pérdida de la sonda lunar rusa Luna-25, que se estrelló en el satélite de la Tierra.
Se trató de un fracaso que dejó de manifiesto las dificultades del sector espacial ruso desde hace años, por falta de financiación y varios escándalos de corrupción.
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El cohete Soyuz llevó a la ISS a los cosmonautas rusos Oleg Kononenko (59 años) y Nikolai Chub (39), además de la astronauta de la NASA Loral O’Hara (40), que al igual que Chub vuela por primera vez al espacio.
“Es un momento muy especial, y tengo un sentimiento muy agradable de formar parte de algo que va más allá de nosotros y que ha reunido a tanta gente. Estoy entusiasmada con esta misión“, declaró O’Hara el jueves en una conferencia de prensa en Baikonur.
“El ambiente es bueno, el equipo está preparado para cumplir todas las tareas que nos confiaron“, dijo de su parte Chub. El cosmonauta afirmó que viajar al espacio era “un sueño de infancia” al que había consagrado “toda la vida”.
Los tres tomarán el relevo de los rusos Serguéi Prokopiev y Dmitri Petelin, y del estadounidense de origen salvadoreño Frank Rubio, que llegaron a la ISS hace un año.
Su misión fue prolongada al haberse dañado la nave de retorno, la Soyuz MS-22, que en diciembre de 2022 sufrió una importante fuga cuando estaba acoplada a la ISS. Según Moscú, el incidente se debió al impacto de un microasteroide.
El sector espacial es uno de los pocos en los que hay cooperación entre Rusia y Estados Unidos, en un contexto muy tenso por el conflicto de Ucrania.
La norteamericana O’Hara estimó por ello este jueves que la ISS es “un símbolo de paz y de cooperación”.
“Al contrario de lo que pasa en tierra (…), donde los países no se entienden muchas veces, ahí arriba nos comprendemos muy bien, y somos muy sensibles con nuestras relaciones. Nos preocupamos unos por otros”, ahondó Kononenko.