Debido a que México se encuentra en una zona de alta sismicidad y que algunos de los temblores que mayor impacto han causado en México han ocurrido durante el mes de septiembre, se han generado muchos mitos y creencias alrededor de los movimientos telúricos, como que “septiembre es una temporada de temblores”, o que las lluvias, la Luna y otros factores tienen que ver con la aparición de este tipo de fenómenos naturales. Pero, ¿qué es verdad y qué es mito?
Mitos sobre los sismos
Septiembre es temporada de temblores
No, septiembre no es “temporada de sismos”, de acuerdo con Raúl Valenzuela Wong, investigador de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los temblores pueden ocurrir en cualquier época del año, en cualquier momento.
Si bien, dos de los terremotos de mayor impacto en el país han ocurrido en septiembre, 19 de septiembre de 1985 y 2017, existen otros casos ocurridos en la Ciudad de México (CDMX) en meses distintos:
- En 1957 se presentó el conocido “sismo de El Ángel”, de 8.0 grados, que se dio el 28 de julio y que provocó la caída del monumento.
- En marzo de 1979, tuvo lugar el llamado “sismo de la Ibero” de 7.6 grados, el cual destruyó dos estructuras de la Universidad Iberoamericana.
- En marzo de 2012 se presentó un sismo en la capital mexicana con una magnitud de 7.4.
De ahí que la llamada “temporada de sismos” se considere un mito.
La extracción de agua produce sismos
Mito, la extracción de agua no provoca que haya sismos. Y es que, si bien la extracción de agua va compactando el suelo y da lugar a hundimientos diferenciales, éste no es un fenómeno que produzca sismos, según el experto del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Si hay varios temblores pequeños, ayuda a que no ocurran terremotos
Falso. De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SMN), la energía liberada en los eventos de magnitudes pequeñas es despreciable si se le compara con la que producen los grandes terremotos.
Según Valenzuela Wong, “después de ocurrir un fuerte temblor en una región, el ciclo de recarga de energía de deformación en las rocas se inicia nuevamente, pudiendo acumularse energía más rápidamente que la energía liberada con la ocurrencia de eventos de magnitud pequeña”.
En temporada de lluvias hay mayores temblores
No, de acuerdo con Sky Alert, “los fenómenos hidrometeorológicos no se relacionan con la dinámica interna de la Tierra”, ya que, los sismos se originan al interior de la tierra y nada tienen que ver con fenómenos atmosféricos.
Un sismo es oscilatorio o trepidatorio
Frecuentemente tenemos esta percepción, pero el Servicio Sismológico Nacional señala que cuando se genera un temblor, “las ondas sísmicas se propagan en todas la direcciones provocando el movimiento del suelo tanto en forma horizontal como vertical”. Es decir, un sismo contiene ambos tipos de movimientos.
Las nubes aborregadas pronostican sismos
De acuerdo con los expertos, ningún tipo de formación nubosa está relacionado con los movimientos de las capas de la Tierra. Por lo que, no existe una relación entre las nubes y los eventos sísmicos.
La Luna roja o llena es sinónimo de un sismo
Los expertos han analizado durante años la posible influencia de las fases de la Luna en la ocurrencia de sismos y todavía no está comprobada dicha correlación. Una investigación en la revista Nature Geoscience halló alguna relación entre las fuerzas de la marea y algunos terremotos, pero no la hallaron en sismos pequeños.
Otro estudio publicado en la revista Sismological Research Letters señala que después de estudiar cerca de 250 grandes sismos y compararlos con el calendario lunar, no se halló evidencia de que la Luna hubiera provocado los movimientos telúricos.
Los animales pueden predecir sismos
Durante muchos años, esta creencia se tomó como verdad porque los animales daban algunas “señales” antes de un sismo, y algunos estudios identificaron cambios de comportamiento. En China, desde finales de los años 60, se establecieron unidades para captar los cambios que sufrían los animales previo a un sismo; sin embargo, sólo han acertado en un par de ocasiones en áreas agrícolas, no así en zonas urbanas.
La sismóloga estadounidense Susan E. Hough, autora del libro “Predecir lo impredecible”, señala que estas creencias siguen siendo un mito, incluso refiere una anécdota de científicos suecos que instalaron sensores sísmicos en el lomo de vacas, pero no registraron nada. Si bien en algunas universidades se sigue estudiando el comportamiento de animales, como perros, peces y hormigas, días previos a un sismo todavía no se ha comprobado alguna correlación.
Cuando los perros aúllan… tiembla
Los perros, gatos y otros animales, al tener mejor audición que los seres humanos, escuchan sonidos de bajas frecuencias. De ahí que, estando cerca del epicentro, algunos perros pueden escuchar la llegada de la onda P que se propaga al igual que el sonido.
Los temblores se pueden predecir
Los científicos coinciden en que los sismos son fenómenos impredecibles a pesar de los grandes avances que se tienen en ciencia y tecnología. Expertos del Instituto de Geofísica de la UNAM, aseguran que para hacer una predicción se requiere conocer con antelación tres elementos: lugar, fecha y magnitud, algo que nadie puede conseguir todavía.
Existen herramientas capaces de predecir los sismos
Los sismos no se pueden predecir y actualmente no hay ninguna herramienta ni avance científico que permita pronosticarlos de manera confiable” señaló el jefe del Servicio Sismológico Nacional, Arturo Iglesias.
Se aproxima un gran movimiento telúrico
Una de las noticias falsas y predicciones más comunes, es que habrá un gran sismo en México. Sin embargo, los expertos aseguran que esto es imposible de saber, dado que los sismos no se pueden predecir y no existen herramientas que permitan conocer cuándo va a temblar.
Las verdades sobre los sismos
Lo que sí es cierto es que la ciencia sigue analizando los sismos con la tecnología más avanzada, pero nadie, ni los científicos, puede predecirlos.
En lo que sí están trabajando los científicos es en hallar precursores de temblores que tengan validez científica.
Otra verdad es que nuestro país se encuentra ubicado en una zona de alta sismicidad, por lo que se producen temblores de manera continua.
También es cierto que, al menos a diferencia de 1985, ahora se cuenta con un sistema de alerta sísmica, que vigila y previene, pero por sí sola no salva vidas: se requiere un trabajo de todos.