Un grupo de arqueólogos en Turquía descubrió lo que se cree es la tumba de San Nicolás, quien es mejor conocido en occidente como Santa Claus.
El hallazgo del sepulcro de San Nicolás, venerado por los cristianos ortodoxos y conocido en la cultura popular occidental como Papá Noel o Santa Claus, se dio bajo la iglesia bizantina de Demre en Turquía, cuando los investigadores desenterraron los restos de un antiguo templo construido en el siglo III, en el que se cree, San Nicolás fue obispo, y que se encuentra bajo el suelo del actual templo edificado entre los siglos VII y VIII.
Según el presidente de la Junta Regional de Preservación del Patrimonio Cultural de Antalya, Osman Eravşar, la iglesia donde fueron encontrados los restos se inundó en la Edad Media por el aumento del nivel del mar Mediterráneo, así lo dio a conocer el diario local Demirören.
Según el presidente de la Junta Regional de Preservación del Patrimonio Cultural de Antalya, Osman Eravşar, la iglesia donde fueron encontrados los restos.
San Nicolás, que vivió entre 270 y 343, es más famoso por heredar dinero que regalaba a los pobres y es la inspiración detrás de la historia navideña de Santa Claus.
Según los relatos eclesiásticos, San Nicolás siguió la enseñanza de Jesús de vender todas las posesiones mundanas y dar a los pobres. Sin embargo, estas ideas no se presentan en documentos históricos, sino que se han compartido en historias.
Se convirtió en obispo de Myra en el siglo IV, pero fue encarcelado poco después por el emperador romano Diocleciano en un momento en que los cristianos eran perseguidos
Los registros muestran que San Nicolás o Santa Claus fue enterrado en la iglesia construida en su nombre. Sin embargo, el paradero exacto de su cuerpo siempre ha sido un misterio.
Los arqueólogos ahora creen que en el momento de su muerte en el 343 d. C., San Nicolás fue enterrado en la iglesia de Demre, donde permaneció tranquilo hasta el siglo XI.
Anteriormente, se creía que los restos de 1674 años de antigüedad fueron llevados de contrabando a la ciudad italiana de Bari por comerciantes en el año 1087. Sin embargo, los expertos sugieren que se extrajeron los huesos equivocados, y que los que fueron a Italia pertenecían a un sacerdote anónimo.