Investigadores han descubierto tipos de cristal nunca antes vistos, escondidos en pequeños granos de polvo de meteorito perfectamente conservados, según reveló un nuevo estudio publicado en The European Physical Journal Plus.
Después de que explotó el meteorito de Chelyabinsk, una enorme columna de polvo quedó suspendida en la atmósfera durante más de cuatro días antes de finalmente caer sobre la superficie de la Tierra, según la indicó la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA).
Posteriormente, capas de nieve cayeron sobre los residuos del meteorito atrapando el polvo y preservándolo hasta que los científicos pudieron recuperarlas poco después.
En dicho polvo, los investigadores encontraron diminutas estructuras que analizaron a detalle con microscopios electrónicos. Según los expertos los cristales llegaron en dos formas distintas; conchas cuasi esféricas o “casi esféricas” y varillas hexagonales, las cuales eran “peculiaridades morfológicas únicas”, escribieron los investigadores en el estudio.
Un análisis posterior con rayos X reveló que los cristales estaban hechos de capas de grafito, una forma de carbono hecha de láminas superpuestas de átomos, comúnmente utilizadas en lápices, que rodeaban un nanocúmulo central en el corazón del cristal.
Los investigadores proponen que los candidatos más probables para estos nanocúmulos son el buckminsterfullereno (C60), una bola de átomos de carbono con forma de jaula, o el polihexaciclooctadecano (C18H12), una molécula hecha de carbono e hidrógeno.
El equipo sospecha que los cristales del meteorito se formaron en las condiciones de alta temperatura y presión creadas por la ruptura del meteorito, aunque el mecanismo exacto aún no está claro.
Ahora, los científicos esperan rastrear otras muestras de polvo de meteoritos de otras rocas espaciales para ver si estos cristales son un subproducto común de las rupturas de meteoritos o son exclusivos de la explosión del meteorito de Chelyabinsk.
Meteorito de Chelyabinsk en Rusia
El 15 de febrero de 2013, un asteroide que medía 18 metros de ancho y pesaba 12 mil 125 toneladas entró en la atmósfera de la Tierra a unos 66 mil 950 km/h.
Afortunadamente, el meteorito explotó a unas 23,3 kilómetros sobre la ciudad de Chelyabinsk, en el sur de Rusia, bañando el área circundante con pequeños meteoritos y evitando una colosal colisión con la superficie.
La explosión del meteorito de Chelyabinsk fue la más grande de su tipo en la atmósfera terrestre desde el evento de Tunguska de 1908. De hecho la NASA indicó que explotó con una fuerza 30 veces mayor que la bomba atómica que sacudió Hiroshima.