El silbato azteca de la muerte producía un efecto “aterrador” en el cerebro de sus enemigos, según nuevo estudio
El sonido del silbato azteca de la muerte, supuestamente usado en rituales religiosos y de sacrificio, activaba una variedad de centros de orden superior en los cerebros de las personas, demostrando que dicho “silbido” o “grito” era aterrador y difícil de categorizar para la mente de quienes lo escuchaban, según un estudio publicado en la revista Communications Psychology de Nature.
“Mediante experimentos de escucha y clasificación psicoacústica, demostramos que los sonidos del silbido de calavera se perciben predominantemente como aversivos y aterradores; de origen híbrido natural-artificial”.
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El sonido del silbato azteca era incomprensible para la mente
El silbato azteca emitía un ruido difícil de identificar para la mente humana, según la investigación. “Nuestros cerebros no pueden definir claramente si es natural o artificial“, según explica el portal Science Alert.
De esta forma, la mente de los aztecas no lograban categorizar la información sensorial del ruido para atribuirle un valor, por la que no podían definir si era agradable o aterrador, provocando una sensación desconcertante, de acuerdo con los investigadores del estudio.
El estudio reveló que, al oír el sonido del silbato azteca, se activan las regiones del cerebro que sintonizan sonidos aversivos como gritos o llantos de bebés y los dirigen al cerebro para que analice los estímulos en un nivel más profundo.
“Los sonidos del silbido de la calavera son bastante ambiguos en la determinación de su origen sonoro, lo que intensifica el procesamiento cerebral de orden superior”.
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Los investigadores compararon este sonido con otros producidos por humanos, animales o la naturaleza, y definieron que el del silbato activaba la corteza que se ocupa del procesamiento de clasificación elaborado, así como aquella involucrada en el procesamiento asociativo.
Al comparar todos los sonidos, los producidos por los silbatos aztecas se clasificaron en un grupo propio, cercano a los sonidos de alarma como bocinas, sirenas y armas de fuego, así como a los ruidos humanos de miedo, dolor, ira y voces tristes.
“Los silbidos de calaveras parecen herramientas sonoras únicas con efectos psicoafectivos específicos en los oyentes, y las comunidades aztecas podrían haber aprovechado la naturaleza aterradora y estridente de los silbidos de calaveras”.
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¿Cómo se llevó a cabo esta investigación?
El neurocientífico de la Universidad de Zurich, Sascha Frühholz, y sus colegas reclutaron a 70 voluntarios europeos para realizar pruebas psicoacústicas sobre sus interpretaciones personales de una selección aleatoria de sonidos que incluían tonos producidos por el silbato azteca de la muerte.
Los voluntarios no recibieron ninguna advertencia previa de que se incluirían sonidos de silbidos de calaveras, lo que eliminó las expectativas antes de su calificación para cada grabación.
A 32 de los participantes se les escaneó el cerebro mientras escuchaban los sonidos aztecas entre una mezcla aleatoria de sonidos de cinco categorías diferentes. “La mayoría de los voluntarios compararon el silbido con un grito“, según el estudio.
La historia del “Silbato de la Muerte Azteca”
Cuando un grupo de académicos descubrieron el llamado “silbato de la muerte azteca” en el Templo de Quetzalcóatl en la Zona Arqueológica de Teotihuacán en 1999, pensaron que se trataba de un adorno.
Quince años después, los científicos lo soplaron por accidente y encontraron que el sonido que emite se asemeja a un grito humano “angustioso”.
Al hacerlo sonar, comenzaron a tener la hipótesis de que era un instrumento musical creado para “el momento de cortar y quemar los cuellos de los enemigos de la Civilización Azteca.
“Existe la teoría de que se utilizó como herramienta de amenaza durante la guerra y que se utilizó religiosamente para los rituales necesarios para el sacrificio humano“, dice un estudio publicado en la International Journal of Engineering Trends and Technology en 2021.
- Debido a la potencia de su sonido, que puede alcanzar hasta 102 decibelios, es posible que también se utilizara en batallas,causando temor en los enemigos de la cultura azteca o mexica, según los expertos de aquel estudio.
El silbato se ha asociado con rituales de la muerte por su rostro decorativo de calavera. “Dos de ellos se encontraron en las manos de un sacrificado frente al templo de Ehecatl en Tlatelolco”, según Roberto Velázquez Cabrera, del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
