El pan muy tostado podría provocar cáncer, es lo que aseguró la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (FSA), pero ¿qué tan sólida es la evidencia de este hecho?
En 2017, la FSA indicó que cuando los alimentos se cocinan hasta que adquieren un color marrón oscuro, se forma un compuesto llamado acrilamida, el cual, según estudios hechos en animales, ha demostrado tener un vínculo con el riesgo de padecer cáncer.
Sin embargo, el Fondo Internacional para la Investigación del Cáncer (WCRF por sus siglas en inglés) señala que estudios posteriores hecho en humanos, no encontraron ninguna evidencia sólida de un vínculo entre comer alimentos que contienen acrilamida y el riesgo de cáncer.
En los estudios, los investigadores revisaron la ingesta de acrilamida y el riesgo de padecer cánceres de endometrio y ovario en 368 mil 10 mujeres de 10 países europeos diferentes.
El WCRF señala que está claro que “se necesita más investigación para comprender completamente el vínculo entre el nivel de exposición a los alimentos que contienen acrilamida y el riesgo de diferentes tipos de cáncer”.
No obstante, si lo que se quiere es reducir el nivel de acrilamida en la dieta, se sugiere buscar un color amarillo dorado al hornear o tostar alimentos con almidón como papas y pan, así como que la industria alimentaria tenga en cuenta estas pautas al producir y preparar alimentos con almidón.
Si bien continúa el debate sobre la acrilamida y el riesgo de padecer cáncer, el Fondo asegura que sí existe una fuerte evidencia de que muchos otros factores del estilo de vida tienen un impacto significativo en el riesgo de cáncer, como: fumar, sobrepeso y obesidad, consumo de alcohol y no tener actividad física.