El astrobiólogo mexicano Rafael Navarro, recientemente fallecido, describió que el desierto de Atacama en Chile es un lugar tan muerto y desolado, que la NASA ha llegado a verlo como el análogo perfecto de Marte en la Tierra.
Rafael Navarro fue el único científico latinoamericano que participó de manera activa en el mayor proyecto de estudio de Marte, el proyecto Curiosity, el mayor robot jamás enviado a ese planeta, que demostró que los suelos del desierto de Atacama se parecían a los del vecino de la Tierra en el Sistema Solar.
El científico mexicano había explicado que la NASA escogió Atacama, por ser un Marte en la Tierra y que cualquier equipo que se quiera enviar allá, se prueba antes en el desierto chileno.
La zona de Atacama llamada María Elena Sur, que se encuentra cerca de un pueblo minero de salitre a unos 270 kilómetros más al norte, es el lugar más seco, y aunque no cuenta con instalaciones o atracciones turísticas, es el punto clave para apreciar los paralelos de este sitio con Marte.
Otra similitud es que Marte es el hogar del volcán más alto de nuestro sistema solar, Olympus Mons, mientras que Atacama alberga el volcán activo más alto de la tierra, Ojos del Salado.
El volcán chileno color marrón grisáceo se eleva 6 mil 893 metros sobre el nivel del mar y es el segundo pico más alto del América después del Aconcagua en Argentina.
Aunque el desierto de Atacama en Chile está lejos de ser un atractivo turístico, se cree que en poco tiempo aventureros que deseen saber lo que es visitar Marte podrían empezar a llegar al lugar.