El diseño de una vacuna para tratar y prevenir el cáncer de pulmón, intestino y páncreas fue desarrollada por investigadores del Instituto Francis Crick de Londres. Los primeros ensayos en laboratorio se hicieron con ratones y los resultaron son prometedores.
La vacuna fue creada para apuntar a un gen denominado KRAS, que está relacionado con el desarrollo de muchos tipos de cáncer.
Los investigadores planean presentar los resultados de este ensayo el domingo en el 32 Simposio EORTC-NCI-AACR sobre dianas moleculares y terapéutica del cáncer, que será de manera virtual.
Estudio prometedor
El estudio de la vacuna fue realizado por la doctora Rachel Ambler, investigadora posdoctoral, y otros científicos en el Instituto Francis Crick de Londres.
Ambler adelantó en un comunicado:
“Sabemos que, si el gen KRAS falla, eso permite a las células que empiecen a multiplicarse y a convertirse en cancerígenas. Más recientemente, hemos aprendido que, con la ayuda adecuada, el sistema inmunitario puede ser capaz de ralentizar ese proceso“
Los investigadores crearon un conjunto de vacunas capaces de suscitar una respuesta inmune contra la mayoría de las mutaciones KRAS más comunes.
“Queríamos ver si podíamos usar este conocimiento para crear una vacuna del cáncer que pudiera usarse no solo para tratarlo, sino para proporcionar una protección duradera contra la enfermedad y con efectos secundarios mínimos”
Rachel Ambler, doctora
¿De qué está hecha la vacuna?
Las vacunas están compuestas por dos elementos unidos, un fragmento de la proteína producida por las células del cáncer que tienen el gen KRAS mutado y un anticuerpo que ayuda a que la vacuna llegue a un tipo de célula del sistema inmune denominada dendrítica, y ésta ayuda al sistema inmune a identificar y a destruir células cancerígenas, una habilidad que las vacunas pueden reforzar.
Investigación en ratones
La vacuna fue aplicada en ratones que ya tenían tumores de pulmón y en otros a los que se les indujo el crecimiento de ellos.
Se estudió a los ratones para ver si sus sistemas inmunes respondían a la vacuna y también observaron si los tumores se reducían o no llegaban a formarse.
En los ratones con tumores, 65% de los tratados con la vacuna seguían vivos después de 75 días, en comparación con el 15% de aquellos que no la recibieron.
En los ratones tratados para inducirles tumores, el 40% de los vacunados seguían libres de tumores 150 días después, en comparación con solo el 5% de los no vacunados (un ratón).