Científicos lograron descifrar qué son los dingos, una misteriosa especie autóctona de Australia que parecen perros callejeros pero son genéticamente diferentes.
Si bien los dingos, una especie venerada por los aborígenes y odiados por los ganaderos por ser los principales depredadores de Australia desde que los tigres de Tasmania se extinguieron el siglo pasado, son genéticamente diferentes de los perros, estos tienen más similitudes con los canes que con los lobos, según un nuevo estudio publicado este viernes en la revista especializada Science Advances.
La nueva investigación, en la que participan 26 autores de 10 países, comparó el genoma de una dingo hembra del desierto llamada Sandy, que fue rescatada en 2014, con el de cinco razas de perros y con el del lobo de Groenlandia.
Descubriendo que el genoma del dingo es estructuralmente distinto al del boxer, el pastor alemán, el basenji, el Gran Danés y el labrador, pero que el genoma de Sandy guarda más similitudes con los perros, sobre todo con el pastor alemán, que con el lobo de Groenlandia.
“Sandy, la dingo del desierto, se halla en una posición intermedia entre el lobo y los perros domésticos”, concluyó Bill Ballard, de las universidades La Trobe y de Melbourne. Para estar aún más seguros, el equipo está secuenciando el genoma del dingo alpino, una raza que vive en los Alpes australianos, en el este del país.
Este descubrimiento ayudará a saber más sobre la evolución de los dingos y a aportar datos sobre la historia de los pueblos que los trajeron a través del mar desde el sudeste asiático, dijeron los científicos.
Y es que la posición del dingo en la escala de la evolución ha sido motivo de desacuerdo durante bastante tiempo, algunos especialistas sostienen que estos caninos delgados de color canela traídos al continente entre cinco mil y ocho mil 500 años atrás son parecidos a los perros domésticos.
Cuando haya terminado de secuenciar el genoma del dingo alpino, el equipo espera saber más sobre la cronología y aclarar si se trató de una migración única o múltiple.
Los dingos y los humanos
Al igual que el lobo en América del Norte, los dingos suscitan divisiones: los habitantes de las ciudades los idealizan y también desempeñan un papel importante en la cultura indígena, pero los granjeros los odian porque supuestamente matan ganado.
Según Ballard, los dingos evolucionaron para cazar pequeños marsupiales y no pueden digerir fácilmente los alimentos ricos en grasas, por lo que es más probable que los corderos sean la presa de perros salvajes o híbridos.
Ésta teoría podría probar en el futuro que los dingos no son responsables de las carnicerías ganaderas y así librarlos de su mala fama.