¿Podemos elegir lo que sentimos? A propósito de que este 22 de julio se celebra el Día del Cerebro 2020, investigadores estadounidenses sugieren que las funciones cognitivas pueden ayudar a las personas a modular sus emociones.
De acuerdo con una publicación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hasta hace algunos años, las investigaciones solían concentrarse en emociones negativas como la ansiedad, la depresión y las fobias. Pero, el doctor Richard Davidson, quien dirige el Centro para la Investigación de Mentes Saludables de la Universidad de Wisconsin-Madison en Estados Unidos descubrió por qué algunas personas son más positivas que otras o más capaces de sobreponerse al dolor emocional o a situaciones adversas, lo que ahora se conoce como resiliencia.
Encontró que la diferencia en el nivel de resiliencia entre un tipo de personas y el otro, radica en que existen divergencias en la actividad cerebral.
Es decir, Davidson y su equipo descubrieron que las personas que recurrían a estrategias cognitivas para modular sus emociones, como por ejemplo, imaginar presentaban menor actividad en la amígdala y mayor en la porción media de la corteza prefrontal.
El área de la corteza prefrontal es la encargada de dirigir las llamadas funciones ejecutivas del cerebro, como la planificación de programas y metas, la capacidad de anticiparse al futuro y de pronosticar tanto los resultados como las consecuencias de los actos presentes, así como de controlar impulsos socialmente inaceptables.
Esto sugiere que lo que sentimos, es decir, nuestras emociones tienen una relación directa con ciertas regiones cerebrales más complejas que son parte de nuestro sistema cognitivo, y diferentes con el sistema límbico, que es una región mucho más antigua y primitiva en términos evolutivos. De esta manera las personas no son esclavas de sus emociones, señala el estudio.
Al estar conectados los circuitos emocionales con el pensamiento, estos son más accesibles a nuestra voluntad consciente. Sin embargo, esto no quiere decir que sea posible elegir lo que se quiere sentir; sino que se pueden modular las emociones, ya que la corteza prefrontal de las personas resilientes envía a su amígdala señales inhibitorias que son tranquilizadoras y como resultado disminuyen las emociones negativas generadas, mientras que la gente menos resiliente presenta señales más débiles entre ambas regiones.
Davidson como otros expertos en emociones y cerebro han encontrado evidencia de que podemos enseñar a nuestro cerebro a modular las emociones, es decir, a escoger como sentirnos, más que elegir lo que sentimos.
De acuerdo con la neurociencia, el truco podría estar precisamente en la capacidad del cerebro de cambiar, o lo que se conoce como neuroplasticidad, que puede lograrse mediante el cambio de conducta y terapias físicas.
Un motivo más para celebrar el Día del Cerebro 2020.