China lanzó una nave espacial robótica para recolectar rocas de la Luna y esta es la primera apuesta de cualquier país para recuperar muestras de la superficie lunar desde la década de 1970.
El Long March-5, el cohete transportador más grande de China, despegó desde el Centro de Lanzamiento Espacial Wenchang en la isla sureña china de Hainan, llevando la nave espacial Chang’e-5.
“Esta es la primera misión no tripulada que recolectará muestras y regresará de la Luna. Este trabajo es más complicado que recoger a mano muestras del suelo lunar“
Pei Zhaoyu, portavoz de la Agencia Espacial Nacional China (CNSA)
La misión Chang’e-5, llamada así en honor a la antigua diosa china de la Luna, tratará de recoger material lunar para ayudar a los científicos a entender más sobre los orígenes y la formación del satélite terrestre.
¿Cómo funcionará el robot chino en la Luna?
Con el uso de un brazo robótico y un taladro de perforación, la sonda tiene previsto recolectar dos kilogramos de muestras en un área no visitada anteriormente ubicada en una llanura volcánica masiva en la cara visible de la Luna conocida como “Oceanus Procellarum”, u “Océano de tormentas”, previamente explorada por la misión Apolo 12 de la NASA en 1969.
La misión pondrá a prueba la capacidad de China para adquirir muestras a distancia en el espacio, antes de misiones más complejas.
En caso de éxito, la misión Chang’e 5 convertirá a China en el tercer país que ha logrado recolectar muestras lunares, después de que décadas atrás lo hicieran Estados Unidos y la Unión Soviética.
La Unión Soviética desplegó tres misiones robóticas de devolución de muestras en la década de 1970. En la última, llamada Luna 24, se logró transportar hasta la Tierra 170,1 gramos de muestras obtenidas en “Mare Crisium”, o “Mar de crisis”, en 1976.
La misión durará 23 días y la sonda volverá a la Tierra a finales de diciembre.
Éxito del programa lunar chino
El éxito también supondría que China ha logrado completar la tercera y última fase de su programa lunar actual: orbitar, alunizar y regresar.
Ya había logrado las dos primeras: su misión anterior, la Chang’e 4, llegó en enero de 2019 a la cara oculta de la Luna.
En 2013 había conseguido depositar su primer vehículo explorador del suelo lunar, Yutu o Liebre de Jade, en el suelo del satélite.
Los expertos confían en que el material obtenido, rocas sometidas durante millones de años a impactos de meteoritos, viento solar y radiaciones de rayos cósmicos, arroje luz sobre cómo evolucionó la Luna.