Un fósil recientemente descubierto de una “hormiga del infierno” está brindando a los científicos una imagen más vívida de uno de los grupos de hormigas más enigmáticos y temibles que existieron sobre la faz de la Tierra. Además de ayudar a saber cómo usó sus misteriosas mandíbulas en forma de colmillo y diversos cuernos para cazar con éxito a sus víctimas durante casi 20 millones de años, antes de desaparecer del planeta.
Investigadores del Instituto de Tecnología Nueva Jersey Institute , la Academia China de Ciencias y la Universidad de Rennes en Francia dieron a conocer el impresionante fósil de 99 millones de años de edad de un depredador insecto del período cretáceo, identificado como Ceratomyrmex ellenbergeri o también conocida como “hell ant” o “hormiga del infierno”, que se encontraba abrazada a su última víctima. Los hallazgos sobre este fósil fueron publicados el 6 de agosto pasado en la revista Current Biology.
El fósil fue encontrado en Birmania, encerrado en ámbar presenta algunas de las primeras pruebas directas que demuestran cómo ella y otras “hormigas del infierno” usaron sus características mandíbulas mortales con forma de guadaña en un movimiento vertical para sujetar a la presa contra sus apéndices en forma de cuerno.
Los investigadores dicen que el raro fósil demuestra además del modo de alimentación de la “hormiga del infierno”, dando una posible explicación evolutiva de su morfología inusual destacando una diferencia clave otras hormigas más antiguas y sus contrapartes modernas, que en la actualidad tienen piezas bucales que se agarran moviéndose juntas lateralmente.
“El comportamiento fosilizado es extremadamente raro, especialmente el de la depredación. Como paleontólogos, especulamos sobre la función de adaptaciones antiguas utilizando la evidencia disponible, pero ver a un depredador extinto atrapado en el acto de capturar a su presa es invaluable”, dijo Phillip Barden, profesor asistente en el Departamento de Ciencias Biológicas del NJIT y autor principal de la estudiar.
Se sospecha que el linaje de las “hormigas del infierno”, junto con sus llamativos rasgos depredadores, desapareció junto con muchos otros grupos de hormigas tempranas durante períodos de cambio ecológico en torno al evento de extinción del Cretácico-Paleógeno hace 65 millones de años.
“Esta depredación fosilizada confirma nuestra hipótesis de cómo funcionaban las piezas bucales de las ‘hormigas del infierno’. La única forma de capturar presas en tal disposición es que las piezas bucales de las hormigas se muevan hacia arriba y hacia abajo en una dirección diferente a la de todas las hormigas que conocemos y de casi todos los insectos”, agregó Barden.
El equipo de científicos sugiere que las adaptaciones para la captura de presas probablemente expliquen la rica diversidad de mandíbulas y cuernos observadas en las 16 especies de “hormigas del infierno” identificadas hasta la fecha.
Y dicen que los primeros antepasados de las “hormigas del infierno” habrían adquirido primero la capacidad de mover sus piezas bucales verticalmente. Esto, a su vez, integraría funcionalmente las piezas bucales y la cabeza de una manera que era única en este linaje extinto.
Los análisis del equipo confirmaron que las “hormigas del infierno” pertenecen a una de las primeras ramas del árbol evolutivo de las hormigas y son parientes más cercanos entre sí.
Si bien el fósil finalmente ha proporcionado al laboratorio de Barden respuestas más firmes sobre cómo funcionó y tuvo éxito esta clase de depredadores de hormigas perdidos hace casi 20 millones de años, persisten preguntas como qué llevó a estos y otros linajes a extinguirse mientras las hormigas modernas florecieron en los omnipresentes insectos que conocemos hoy.
Barden señala que “más del 99% de todas las especies que han vivido alguna vez se han extinguido, por lo que los insectos fósiles son un recordatorio de que incluso algo tan omnipresente y familiar como las hormigas se ha extinguido”.