Un bebé ingiere cada día de media más de un millón de micropartículas de plástico de su biberón, según un estudio publicado en la revista Nature Food, donde además ofrecen algunos consejos para reducir esta ingesta cuyo impacto en la salud se desconoce.
Los autores del estudio sometieron modelos de biberones en polipropileno al proceso de preparación recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS): esterilización y preparación de la leche maternizada con agua calentada a 70ºC, para eliminar las bacterias peligrosas.
Los biberones a prueba
El resultado demuestra que algunos biberones liberan hasta 16 millones de microplásticos por litro y que la temperatura juega un papel importante.
Si el agua para preparar la leche se calienta a 95ºC, la presencia de plásticos puede aumentar a 55 millones por litro; y descender a poco más de medio millón con el agua a 25 grados.
Un bebé de 12 meses traga por lo tanto de media cada día 1,5 millones de microplásticos, según los cálculos de los investigadores.
La exposición cotidiana es más fuerte en los países desarrollados donde la lactancia materna tiene menos peso: 2,3 millones de microplásticos en Norteamérica y 2,6 millones en Europa.
Aún investigan los efectos de los microplásticos
John Boland, uno de los autores de la investigación comentó:
“Lo último que deseamos es alarmar en exceso a los padres, sobre todo porque no tenemos suficiente información sobre las consecuencias potenciales de los microplásticos en la salud de los bebés”
Y para Oliver Jones, profesor del Real Instituto de Tecnología de Melbourne, señaló:
“Es muy probable que (las partículas) sencillamente atraviesen muy rápido nuestro cuerpo”
Recomendaciones para evitar riesgos
A pesar de todo, los autores plantean recomendaciones para limitar la exposición de los bebés: lavar el biberón tres veces con agua esterilizada fría, preparar la leche en polvo en un recipiente no plástico antes de echar el líquido enfriado en el biberón, no agitar en exceso el biberón y no ponerlo en el microondas.
Y para calentar el agua, no utilizar un hervidor eléctrico de plástico que libera “una cantidad similar de microplásticos”.
Para finalizar, los investigadores expresaron:
Estudiar el destino y el transporte de los microplásticos a través del organismo es nuestra próxima etapa”