Un análisis de los cráteres de la Luna reveló que hubo una lluvia de asteroides ocurrida hace 800 millones de años que bombardeo la Tierra, causando un daño catastrófico a la ecosfera terrestre.
Debido al interés e importancia que despierta el bombardeo de meteoritos del sistema de la Tierra, porque los impactos son potencialmente peligrosos para la Tierra, investigadores japoneses analizaron algunos de los cráteres de la luna para comprender los antiguos impactos de meteoritos y sus relaciones con los cambios ambientales.
Los expertos creen que desde la explosión de la biodiversidad del Cámbrico hace 541 millones de años, los eventos de extinción masiva se han producido al menos cinco veces.
Sin embargo, hasta la fecha, otros impactos de meteoritos antiguos y sus relaciones con los cambios ambientales no se han entendido bien debido a los procesos de erosión y repavimentación en la Tierra.
Por ello, los investigadores analizaron las edades de formación de 59 cráteres lunares con nuevas morfologías y diámetros mayores de aproximadamente 20 km.
El estudio reveló que ocho de 59 cráteres, incluido el cráter Copernico, se formaron simultáneamente, llevándolos a concluir que un bombardeo esporádico de meteoritos ocurrió en toda la Luna a aproximadamente hace 800 millones de años.
De acuerdo con las leyes de escala del cráter y las probabilidades de colisión con la Tierra y la Luna, se cree que la fuerza de los asteroides que golpearon la Tierra fue entre 30 y 60 veces más que el impacto de Chicxulub en la Península de Yucatán y que fue el responsable de la extinción de los dinosaurios y provocó grandes cambios ambientales y biológicos. La masa total de la lluvia de asteroides en la Luna corresponde a impactadores de entre 10 y 13 km de diámetro.
La medición de la distribución de frecuencia de tamaño del cráter es una técnica bien establecida para derivar edades relativas y absolutas de las superficies planetarias. El hallazgo publicado en la revista Nature Comunications, fue posible gracias al orbitador lunar Kaguya.
Dado que el sistema Tierra-Luna ha estado coevolucionando durante más de cuatro mil 500 millones de años, este nuevo hallazgo proporciona una visión crucial del planeta azul y su satélite, porque las lluvias de asteroides deben haber ocurrido no sólo en la Luna sino también en la Tierra.