Los huracanes se clasifican en cinco categorías según la escala Saffir-Simpson, la cual considera tanto la velocidad de los vientos y de las mareas de tormenta, así como los daños que pueden causar, indica la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Esta escala establece el potencial de peligrosidad de los huracanes en cinco categorías más dos previas que se refieren a la etapa de organización del huracán, las cuales son:
- Las perturbaciones tropicales, que son impulsadas por vientos superficiales ligeros menores a 63 km/h
- Las depresiones tropicales que son empujadas por entre 63 y hasta 119 km/h.
5 categorías de huracanes
- Huracán categoría 1
Son huracanes que presentan vientos de entre 119 y 154 km/h, y generan leves afectaciones a infraestructura y vegetación.
- Huracanes categoría 2
Los huracanes categoría 2 manejan vientos de 154 a 178 km/h, produce inundaciones en zonas costeras entre dos y cuatro horas antes de la llegada del huracán, así como daño serio a la infraestructura terrestre y marítima.
- Huracanes categoría 3
Sus vientos son de 178 a 210 km/h, dañan estructuras de construcciones por oleaje, derriba arbustos y árboles grandes e inunda de tres a cinco horas antes de llegar el ciclón tropical.
- Huracanes categoría 4
Los ciclones categoría 4, de 210 a 250 km/h, dañan estructuras muy fuertes, derriban árboles, arbustos y señalizaciones, y generan inundaciones de hasta tres metros de altura, de tres a cinco horas antes de que se presente el fenómeno meteorológico.
- Huracanes categoría 5
Los huracanes de categoría 5 presentan vientos de más de 250 km/h, causan daños totales en construcciones ubicadas hasta 500 metros de la costa, así como falla del suministro de electricidad.
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Por lo que los fenómenos meteorológicos ubicados en esta categoría son los más peligrosos y destructivos.
- “Huracanes monstruosos” o categoría 6
Los llamados ciclones “monstruosos” o huracanes “monstruosos” son aquellos que por sus características no pueden ser clasificados dentro de la escala Saffir-Simpson ya que ésta no captura adecuadamente el daño que esas tormentas pueden causar.
Este tipo de huracanes presenta vientos cercanos a los 375 km/h y oleaje de hasta 12 metros. Por este motivo, la Semarnat señala que los expertos consideran agregar a la escala Saffir-Simpson la categoría 6.
Un ejemplo de este tipo son:
- Allen (1980)
- Gilbert (1988)
- Patricia (2015)
- Irma (2017)
Origen de la escala Saffir-Simpson
La escala Saffir-Simpson fue creada en 1969 por Hebert Saffir y el entonces director del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, Robert Simpson.
Saffir desarrollaba para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un proyecto habitacional de bajo costo para zonas vulnerables a estos fenómenos, y para crear la escala de clasificación de huracanes partió del ejemplo de la escala sismológica de Ritcher.
¿Cuánto mide un huracán?
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), por lo general, un huracán mide entre 10 y 15 km de alto y de 500 a 100 km de ancho, pero su tamaño puede variar considerablemente.
Los más pequeños oscilan en los 40 km de diámetro y los más grandes entre 600 y 800 km. Sin embargo, los hay gigantescos, como los que se forman en el océano Pacífico y llegan a alcanzar dimensiones de hasta mil 700 km. de diámetro, con ojos de 3 a 320 km de diámetro.
¿Por qué los huracanes tienen un nombre?
El INEGI señala que se le pone nombre para que la población pueda identificarlos fácilmente en caso de previsión, aviso o alarma.
Clement Lindley Wragge, meteorólogo inglés de principios del siglo XX, fue quien inició la costumbre de dar nombres de personas a los huracanes. Posteriormente, los meteorólogos norteamericanos lo retomaron, pero llamándolos como sus esposas o novias, de ahí que predominaran los nombres de mujeres.
En 1979, la Organización Meteorológica Mundial estableció reglas para denominar a los huracanes al introducir listados que integraban nombres de mujeres y hombres.
No obstante, para evitar confusiones, los nombres que causaron daños significativos como: Camille (1969), Gilbert (1988), Andrew (1992) o Pauline (1997) son retirados de las listas y nunca se vuelven a usar.
Beneficios
Los huracanes o ciclones tropicales son importantes para la distribución de lluvia y beneficio de zonas áridas y semiáridas, además de recargar mantos acuíferos y presas.
Sin embargo, las autoridades advierten que debe tenerse presente su potencial destructivo el cual depende, entre otros factores, de la velocidad de los vientos y de las mareas de tormenta.