La humanidad se encuentra viviendo un cambio de conciencia global ante la urgencia de mejorar la situación del medio ambiente, por lo que una de las iniciativas más importantes es buscar un Mundo Sin Residuos, un trabajo que corresponde a todos los sectores sociales.
En México se producen 44 millones de basura al año, de estos desechos el 3% es PET. Por ello, la Industria Mexicana de Coca-Cola (IMCC), como parte de su meta para alcanzar un #MundoSinResiduos, se comprometió a recolectar y reciclar el equivalente al total de botellas que venda para el 2030.
Gracias a su compromiso y trabajo la IMCC es el mayor reciclador de PET grado alimenticio de México, a través del trabajo en sus plantas IMER y PetStar (la más grande del mundo), que tienen la capacidad de procesar 85 mil toneladas cada año, lo que equivale a llenar tres veces el Estadio Azteca.
En este sentido destaca el trabajo que ha desarrollado la Industria Mexicana de Coca-Cola (IMCC), a través de PetStar, en alianza con Fundación Dibujando un Mañana para impulsar su Centro de Desarrollo Integral Comunitario (CEDIC), el cual tiene como propósito mejorar las condiciones de vida de hijos de las personas que se dedican a la recuperación de residuos, proveyendo servicios de educación, alimentación y atención médica.
Las personas tenemos que ser el primer eslabón de la cadena de reciclaje
Para lograr un Mundo Sin Residuos hay que trabajar juntos y las personas deben ser el primer eslabón de la cadena de reciclaje para así proteger el medio ambiente.
El proceso de acopio y reciclaje juega un rol fundamental en la lucha por un Mundo Sin Residuos.
En los centros de acopio de la IMCC, los recuperadores reciben los materiales a través de las personas y vecinos de la comunidad. Posteriormente, se pesa el material, se separa, se define el costo de compra y se programa su recolección para ser trasladado a la planta de acopio.
En las plantas el PET es ingresado y nuevamente pasa por filtros de selección y separación para después ser convertido en hojuelas que son sometidas a altas temperaturas para su transformación en pellets, los cuales son luego transformados en preformas.
La IMCC cuenta con ocho plantas embotelladoras que reciben las preformas y estas son transformadas en nuevas botellas a través de la inyección de aire caliente.
Gracias a este proceso al día de hoy la IMCC recupera y recicla más del 50% de sus envases en México pero la meta es que para 2030 se llegue al 100% y tener un Mundo Sin Residuos.