Colitis por ansiedad, cada vez más frecuente en jóvenes; ve síntomas

La colitis se caracteriza por tres síntomas: dolor o malestar abdominal, distensión abdominal y cambios en la defecación. Foto: Getty Images

La colitis o síndrome del intestino irritable es cada vez más frecuente entre los jóvenes debido a la ansiedad, de acuerdo con la UNAM.

El rango de edad en que puede presentarse la colitis va desde los 15 hasta los 65 años de edad, pero quienes más padecen este síndrome están entre 30 y 45 años.

Sin embargo, actualmente empieza a ser “un poco más frecuente” entre los jóvenes de 15 y 25 años, debido al aumento de la ansiedad, asociada a la interacción en redes sociales, a la relación padres-hijos en confinamiento y a la pandemia del COVID-19, señaló Sergio Alberto Mendoza Álvarez, médico internista y profesor de posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM y en el Centro Médico Nacional La Raza.

Por género, el síntoma predominante del síndrome de intestino irritable en las mujeres es el estreñimiento y en los hombres, la diarrea.

Síntomas de la colitis

El síndrome de intestino irritable o colitis es un trastorno intestinal predominantemente funcional, más que orgánico. El cuadro clínico se caracteriza por tres síntomas principales: dolor o malestar abdominal, distensión abdominal y cambios en la defecación.

Según la edad y las distintas enfermedades que el paciente padezca, puede predominar uno de los síntomas o presentarse mixto. Algunos pacientes acuden a consulta porque padecen diarrea, otros sufren dolor abdominal o estreñimiento, y hay quien presenta los tres síntomas.

Hay pacientes que presentan un cuadro clínico continuo, aunque en la mayor parte de los casos es intermitente, tienen episodios de mejoría y de recaída. Es recidivante: reaparece tiempo después de haber mejorado.

¿Qué exacerba la colitis?

Una alimentación inadecuada, ciertos medicamentos y el estrés exacerban la sintomatología. Sin embargo, también algunos parásitos y patógenos, como las amibas, pueden inducir al síndrome del intestino irritable.

Quien padece colitis suele tener malos hábitos alimenticios. O consumen demasiada o poca fibra, tienen lapsos de ayuno prolongados y aumentan su consumo de grasas y de irritantes.

Antiinflamatorios no esteroideos y antibióticos pueden contribuir a barrer la flora intestinal, cuya ausencia altera el mecanismo de absorción a nivel intestinal de los alimentos (grasas y líquidos) y causa que predomine o la diarrea o el estreñimiento en el síndrome de intestino irritable.

Hay también una altísima prevalencia de factores psicológicos y psiquiátricos en el síndrome de intestino irritable. Entre 40 y 50 por ciento de los pacientes padecen ansiedad o depresión o un trastorno mixto.

La personalidad tipo A (ambicioso, competitivo, práctico, impaciente y agresivo) y otros trastornos, como la fibromialgia, pueden contribuir a que los síntomas se exacerben o se prolonguen por más tiempo.

El trastorno de ansiedad o ansioso-depresivo debe tratarse, de lo contrario en un paciente estresado se pueden generar mayor número de episodios e inclusive aumentar la intensidad de los síntomas.

¿Cómo se trata la colitis?

El síndrome de intestino irritable puede mejorar con una dieta rica en fibra (sobre todo si predomina el estreñimiento) y baja en polioles o monosacáridos fermentables (garbanzo, lentejas, leche, aguacate, arroz).

También puede mejorar con la ingesta de probióticos, antiespasmódicos para el dolor (trimebutina, pinaverio), laxantes, antiflatulentos (simeticona), antidepresivos (amitriptilina), ansiolíticos y serotoninérgicos (paroxetina), así como con ejercicio aeróbico y psicoterapia.

En ocasiones es necesario un tratamiento multidisciplinario con el fin de disminuir el ausentismo laboral y mejorar la calidad de vida del paciente.

La colitis a nivel mundial

Aunque la colitis se presenta en cualquier población, ha aumentado en los países en desarrollo. En México, por ejemplo, entre 15 y 40 por ciento de su población la ha padecido y padece, según la Organización Mundial de Gastroenterología.

En América Latina, el porcentaje de prevalencia es parecido al de México. En Asia oscila entre 8 y 14 por ciento, y en Norteamérica, entre 25 y 40 por ciento.

“Son cifras alarmantes y deberían preocuparnos. La única forma de detener esta enfermedad es con un cambio en el estilo de vida”, señaló Mendoza Álvarez.

Qué opinas