Menos del 10% de los desechos plásticos en el mundo son reciclados, según la OCDE. Estos son los cinco principales aspectos que hay que saber sobre las técnicas de reciclaje y su evolución.
Reciclaje mecánico del plástico
Consiste en clasificar, desmenuzar y fundir el plástico para su reutilización. Es la técnica que se emplea en el 99% de los casos en todo el mundo, según el Instituto de Investigación sobre Nuevas Energías.
La clasificación de los plásticos se realiza por familia de polímeros. Tras separarlos, los plásticos son lavados y triturados hasta convertirlos en granulados. Luego se funden para su reutilización en nuevos moldes.
Esta técnica no separa el plástico de sus aditivos (por ejemplo, los aditivos para colorearlo). El plástico que ha sido utilizado para envolver alimentos ya no puede ser reutilizado para ese uso, por lo que pasa a una clase “inferior”, es decir para productos como los sacos de basura.
Por ello, los fabricantes prefieren utilizar plástico nuevo, barato, en lugar del reciclado, de calidad inferior y más caro.
Gran parte de los residuos de los países desarrollados van a parar al extranjero, denuncian las oenegés.
La policondensación
La técnica conocida como policondensación, desarrollada bajo la presión de esas organizaciones de defensa del medio ambiente, permite restablecer las moléculas degradadas mediante la eliminación de las impurezas.
A cada plástico su fábrica
Prácticamente cada molécula de plástico necesita su propia planta de fabricación y equipamiento específico.
Hay decenas de polímeros diferentes: el polietileno (PE) sirve por ejemplo para los frascos de champú y para empacar las botellas de agua, que a su vez están fabricadas en tereftalato de polietileno (PET), mientras que sus tapones están hechos de polipropileno (PP).
El policloruro de vinilo (PVC) es muy utilizado en el sector de construcción, por ejemplo, para suelos o ventanas.
Con el polistireno (PS) se fabrican los frascos de yogur, y en su forma expandida, los envoltorios. La poliamida (PA) se reserva para el téxtil y el sector automovilístico. El poliuretano (PU o PUR) sirve para los colchones o el material aislante.
Europa, el mejor alumno
En todo el mundo la tasa de reciclaje es del 9%, mientras que en Europa, la región más avanzada, poco más de un tercio del plástico (34.1%) fue reutilizado en 2020, según la OCDE.
Europa y Estados Unidos concentran el 60% de las patentes mundiales sobre reciclaje o bioplásticos.
¿El reciclaje químico, mejor o peor?
El reciclaje químico permite “despolimerizar” el plástico, volviendo así a las moléculas de base (monomeros), e incluso ir a la etapa precedente y volver a fabricar “nafta”, es decir, el derivado del petróleo precursor del plástico.
“Es como si añadieras un disolvente a un pastel, y volvieras a lograr huevos, harina y mantequilla”, explica Marc Madec, experto en desarrollo sostenible de la asociación francesa Polyvia.
Con este sistema se vuelve a reciclar integralmente el plástico, sea cual sea su origen. Pero el mayor inconveniente es el enorme costo y la cantidad de energía necesarias, por lo que su impacto en la emisión de gases de efecto invernadero es incierto.
Proyectos: La industria del plástico investiga sin cesar nuevos procedimientos, y el biorreciclaje es especialmente prometedor. Consiste en utilizar enzimas para descomponer el plástico.
La startup Carbios lanzó el pasado jueves su primera planta de biorreciclaje del PET en Francia, una primicia mundial.