El cerebro de las mujeres es más propenso a sufrir enfermedades mentales y concentrarse menos con respecto a los hombres en los países donde la desigualdad de género es mayor, según un estudio publicado en la revista científica “Proceedings of the National Academy of Sciences” (PNAS).
¿La desigualdad de género cambia el cerebro de las mujeres?
“La desigualdad de género se asocia con peor salud mental y rendimiento académico en las mujeres”, dice el estudio liderado por los investigadores André Zugman y Luz María Alliende, utilizando un conjunto de datos de 7 mil 876 resonancias magnéticas de adultos sanos que viven en 29 países diferentes.
Los resultados muestran mayores cambios en el mecanismo neuronal potencial en mujeres que viven en entornos con desigualdad de género, y también resaltan el papel del entorno en las diferencias cerebrales entre mujeres y hombres, particularmente en las siguientes regiones:
- Espesor cortical del hemisferio derecho
- Cingulado anterior
- Orbitofrontal medio derecho
- Occipital lateral izquierdo
En este sentido las cortezas cerebrales son más delgadas en las mujeres en comparación con los hombres solo en países con desigualdad de género. Por otro lado, este tipo de violencia de género en todo el mundo se ha asociado con un mayor riesgo de problemas de salud mental y un menor rendimiento académico en las mujeres en comparación con los hombres.
¿Por qué los cambios cerebrales por la desigualdad de género?
El cerebro está formado por experiencias socioambientales adversas y de crianza. Por lo tanto, la exposición desigual a condiciones más duras para las mujeres en comparación con los hombres en países con desigualdad de género podría reflejarse en diferencias en su estructura cerebral.
“Las mujeres que viven en sociedades con altos niveles de desigualdad de género experimentan una mayor adversidad, y esto podría afectar negativamente su desarrollo cerebral”.
PNAS
La desigualdad de género afecta profundamente a la sociedad al crear un entorno que perjudica significativamente a las mujeres, quienes sufren discriminación en muchos ámbitos, incluso en la educación, el lugar de trabajo y los cargos públicos, y se ven afectadas de manera desproporcionada por el trabajo de cuidados no remunerado.
Las mujeres que viven en países con altos niveles de desigualdad de género experimentan muchos de estos mismos factores que están vinculados en investigaciones anteriores a la estructura del cerebro. Estas experiencias adversas incluyen:
- Exposición a la violencia
- Exposición insuficiente a la educación y la atención médica adecuada
¿Cómo afecta el contexto en el cerebro de hombres y mujeres?
Los autores reconocen la complejidad de los índices de desigualdad de género que a su vez interactúan con diferentes mecanismos biológicos. La corteza cingulada anterior y la orbitofrontal, donde se encontraron diferencias de grosor, se han relacionado con respuestas a la desigualdad o resistencia a la adversidad.
Además, se han visto cambios en estas regiones en dolencias donde el estrés se considera un mecanismo central y se ha visto como adelgaza durante la depresión o se reduce por el estrés postraumático.
Nicolás Crossley, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile y coautor del estudio, explica que este tipo de trabajos apuntan a un efecto observable de la desigualdad de género en el cerebro en las personas que se ven expuestas a una subordinación permanente e incluso a la violencia física.
Aunque el estudio no establece una relación de causalidad, y “estos resultados no son necesarios para defender que la desigualdad de género está mal”, cree que puede dar peso a los argumentos a favor de políticas que reduzcan la desigualdad.
“En todas las legislaciones, cuando hay un acto de violencia, si ese acto está asociado a cambios visuales y significativos en el otro, la gravedad de la violencia se considera mayor. Con nuestro trabajo, en cierta forma, demostramos que existe un daño real producto de la inequidad de género”, remata el autor.