Las imágenes capturadas por la misión Copernicus Sentinel-1 revelaron cómo un iceberg denominado A-74 de mil 270 km2, mucho más grande que París, se desprendió el 26 de febrero de este año de una plataforma de hielo en la Antártida, llamada Brunt.
Estas cifras derivadas de los datos de Sentinel-1 revelaron que la región al norte de la nueva grieta es inestable, ya que se mueve alrededor de 5 metros por día.
Así que después se vio que la grieta más nueva se ensanchó antes de liberarse del resto de la plataforma de hielo.
Los expertos han estado monitoreando de cerca las grietas y abismos que se han formado en la plataforma de hielo Brunt, de 150 metros de espesor, durante estos últimos años.
Por tal razón, esta última grieta fue monitoreada de cerca por imágenes satelitales y se fue cortando rápidamente la plataforma de hielo.
Mark Drinkwater, de la European Space Agency (ESA), dijo que “ya se esperaba y pronosticaba el nacimiento del nuevo témpano hace algunas semanas“.
“Ver cómo se desarrollan estos eventos remotos sigue siendo cautivador”, señaló.
También dijo que durante las próximas semanas y meses, el iceberg podría ser arrastrado por la rápida corriente costera que fluye hacia el suroeste.
Por lo que informó que seguirán monitoreando cuidadosamente la situación utilizando los datos proporcionados por la misión Copernicus Sentinel-1.
Por su parte, Jane Francis, de la British Antarctic Survey (BAS), dijo que el iceberg puede tanto alejarse como quedarse cerca en las próximas semanas o meses.
“Nuestros equipos llevan años preparándose para que un iceberg se desprenda de la plataforma de hielo de Brunt”, afirmó.
Oficialmente este iceberg no tiene un nombre; sin embargo, fue llamado informalmente A-74 por el encuadre antártico en el que fue encontrado.
Este iceberg tiene un tamaño considerable, pero no alcanza al denominado A-68A, que se desprendió en julio de 2017 de la plataforma de hielo Larsen C, ubicado en el mar de Weddell.
