A las 8:15 horas del 6 de agosto de 1945, la ciudad de Hiroshima fue víctima del primer bombardeo atómico del mundo. Miles de vidas se perdieron, muchos de los que lograron sobrevivir sufrieron daños físicos y psicológicos irreparables y aún hoy sufren los efectos. A 75 años de este hecho, ¿qué consecuencias dejaron en la salud de la humanidad los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki?
Los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki ordenados por el entonces presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman, contra el Imperio del Japón los días 6 y 9 de agosto de 1945, dejaron un saldo de 120 mil personas muertas y 130 mil heridas. Hacia finales de 1945, las bombas habían matado a 246 mil personas, sin embargo, sólo la mitad falleció los días de los bombardeos.Entre el 15 y 20 % murieron por lesiones o enfermedades atribuidas al envenenamiento por radiación, según datos del Hiroshima Peace Memorial Museum publicados en Google Arts & Culture.
Daños a la salud física
A diferencia de las bombas convencionales, la bomba atómica emitió cantidades masivas de radiación que infligieron graves daños. Al penetrar profundamente en los cuerpos, las células dañadas por la radiación y la sangre alterada disminuyeron la función de generación de sangre de la médula ósea dañando los pulmones, hígado y otros órganos.
Entre los padecimientos más comunes presentados en los sobrevivientes a los ataques atómicos en Japón están el cáncer de pulmón, estómago, hígado, leucemia, intestinal, de colón, de sistema linfático, de vesícula biliar, páncreas y linfomas malignos, según informes de la Cruz Roja de Japón.
La explosión dejó radiación residual en el suelo durante un largo período de tiempo. En consecuencia, muchos de los que ingresaron a la ciudad después de la explosión para buscar familiares o compañeros de trabajo, así como aquellos que ingresaron para participar en actividades de socorro, desarrollaron síntomas similares a los resultantes de la exposición directa. Otros murieron.
En 2015, la Cruz Roja Japonesa informó que setenta años después de los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki, los hospitales de esas ciudades continuaron atendiendo a miles de personas que sobrevivieron a los estallidos y sufrieron los efectos de largo plazo que la exposición a la radiación nuclear tuvo en su salud.
- Hasta el 31 de marzo de 2015, los hospitales habían atendido más de 2.5 millones de sobrevivientes de las bombas atómicas como pacientes externos y 2.6 millones como pacientes internos.
Otra de las consecuencias sanitarias que dejaron los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki es el daño genético en los hijos no expuestos de sobrevivientes.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estudiado desde 1981 los efectos de la guerra nuclear en la salud y en sus informes ha dado a conocer que la exposición a partículas radioactivas produce inestabilidad cromosómica que puede transmitirse a la progenie, provocando así cáncer en generaciones futuras.
Daños a la salud psicológica
En su informe, la Cruz Roja también dijo que los efectos en el plano psicológico de la exposición a los bombardeos atómicos también fueron significativos, incluso entre los sobrevivientes que gozan de buen estado de salud.
Estudios realizados en 1995 utilizando la metodología de la OMS demostraron que existe una inestabilidad psicológica de larga duración, que abarca depresión y trastorno por estrés postraumático, en muchos de los sobrevivientes.
Sin embargo, dicha inestabilidad es más pronunciada en las personas que perdieron a familiares en los bombardeos y las que sufrieron directamente enfermedades graves vinculadas a la radiación.
- Después de una tendencia inicial a la apatía profunda y la desorientación, tienden a aparecer sentimientos de culpabilidad, dice la OMS.
El estado de salud de las personas que sobrevivieron a los ataques atómicos en estas dos regiones de Japón suele deteriorarse con la llegada del mes de agosto, pues el miedo a la radiación es un problema clínico que los médicos suelen observar cuando efectúan el examen médico anual de los sobrevivientes dispuesto por el gobierno japonés.
¿Qué tan graves son los efectos en la salud del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki?
Una publicación del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav) refiere que según un estudio publicado en la revista Genetics, la percepción pública de las consecuencias sobre la salud, como el cáncer y malformaciones en el nacimiento, es exagerada en comparación con la realidad.
“La mayoría de la gente, incluidos muchos científicos, tienen la impresión de que todos los supervivientes se enfrentan a un estado de salud débil y tasas muy altas de cáncer o mutación genética”, declara Bertrand Jordan, autor del trabajo y biólogo molecular de la Universidad Aix-Marseille, en Francia.
Jordan atribuye la diferencia entre los resultados reales y la percepción pública a una variedad de factores, entre los que se encuentra el contexto histórico.
“La gente teme más a los nuevos y desconocidos peligros que a los que son familiares”, afirma Jordan.”Por ejemplo, se tiende a menospreciar el peligro del carbón, tanto en las personas que extraen como aquellas que lo respiran cada día debido a la contaminación atmosférica”, subraya el investigador.
Él también advierte que su estudio no debe utilizarse para fomentar la complacencia sobre los efectos de los accidentes nucleares, pero plantea que el debate sea racional, basado en datos científicos y no en una falsa exageración del peligro”, concluye.
Composición de la bomba atómica
El Hiroshima Peace Memorial Museum señala que la bomba atómica utilizada en los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, usa la energía liberada por la fisión de uranio y plutonio para generar mucho más poder destructivo que cualquier explosivo convencional. Además, los rayos gamma, los rayos de neutrones y otras radiaciones liberadas por la explosión causan graves daños físicos durante décadas.
La bomba lanzada sobre Hiroshima tenía aproximadamente tres metros de largo y pesaba cuatro toneladas. Debido a que la bomba final fue más corta que el diseño inicial, se denominó “Little Boy”. La bomba transportaba unos 50 kilogramos de uranio 235, pero la fisión instantánea de menos de 1 kilogramo liberó el equivalente energético de 16 mil toneladas de explosivo de alto rendimiento.
Los rayos de calor y la explosión quemaron y aplastaron casi todos los edificios a menos de 2 kilómetros del lugar de la explosión, cobrando miles de vidas. Aquellos que lograron sobrevivir, sus ropas quemadas y ensangrentadas colgadas en jirones, treparon sobre los escombros para huir de la ciudad, describe el Museo.
Entre los datos aportados se dio a conocer que en el instante de la detonación, la temperatura en el centro excedió un millón de grados Celsius, generando una enorme bola de fuego. Dentro de 1 segundo de detonación, se había extendido a su diámetro máximo de 280 metros.
- Se cree que había cerca de 350 mil personas en Hiroshima al momento de la explosión.